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Catholic News Herald

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011423 alvarez releasedCHARLOTTE — El clero y los fieles de Charlotte reaccionaron con alegría esta semana a la noticia de que dos obispos nicaragüenses habían sido liberados de una prisión política y se encuentran a salvo en Roma.

El Obispo Rolando Álvarez, de Matagalpa, y el Obispo Isidoro Mora, de Siuna, se encontraban entre los 19 presos políticos deportados de Nicaragua el 14 de enero. Ese mismo día, el Vaticano anunció que los dos obispos, quince sacerdotes y dos seminaristas son ahora “huéspedes de la Santa Sede”.

Dos de sus sacerdotes, que fueron exiliados de Nicaragua de manera similar el año pasado, el Padre Ramiro Tijerino y el Padre Oscar Benavides, sirven ahora en varias parroquias de la Diócesis de Charlotte.

“Me uno a la alegría de muchos nicaragüenses y de los sacerdotes que fueron liberados”, dijo el Padre Benavides al Catholic News Herald el martes . “Pero, al mismo tiempo, les pido que sigamos orando por Nicaragua.”

El Padre Tijerino y el Padre Benavides fueron encarcelados arbitrariamente durante varios meses antes de ser deportados repentinamente a Estados Unidos en febrero de 2023. Se encuentran entre los más de 200 clérigos y religiosos católicos que recientemente fueron expulsados de Nicaragua por su presidente Daniel Ortega. Se suponía que el Obispo Álvarez iba a ser deportado con ellos, pero en el último momento se negó a abordar el avión y posteriormente fue condenado a 26 años de prisión en una notoria prisión política en Managua. El Obispo

Mora fue arrestado el mes pasado por decir durante Misa que estaba orando por el Obispo Álvarez.

Desde que llegaron a Charlotte, los Padres Tijerino y Benavides han estado haciendo llamados por la paz en Nicaragua y animando a la gente a rezar por la liberación de los obispos y otros presos políticos.

El 14 de enero, el Vaticano y el gobierno nicaragüense anunciaron que los obispos y otros miembros del clero habían partido de Nicaragua en un vuelo hacia Roma, después de llegar a un acuerdo por su liberación y exilio. Por la tarde, la noticia se difundió a través del medio de prensa oficial del Vaticano y los medios de prensa independientes de Nicaragua.

Tan pronto como tuvo conocimiento del hecho, el Padre Tijerino compartió con alegría la noticia de última hora durante una Misa celebrada en la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción. Dio gracias a Dios y también a todos los que oraron y negociaron la liberación de los eclesiásticos.

La hermana Juana Pearson, que asistía a la Misa y ha desempeñado un papel clave en la ayuda a los dos sacerdotes nicaragüenses a establecerse en Charlotte después que el Obispo Peter Jugis les ofreciera refugio, más tarde dijo que el Padre Tijerino “estaba muy emocionado. Me abrazó y me dijo: ‘Están en Roma. Acaban de llegar. ¡Están a salvo!’. Podías ver la alegría en él”.

Después de Misa, los feligreses se reunieron alrededor del Padre Tijerino.

“Estoy muy feliz”, dijo la hermana Juana llorando. “Esta ha sido nuestra oración, que el obispo, los sacerdotes y los seminaristas sean liberados... ¡Y ahora están libres!”.

011424 tijerinoP. Tijerino011424 benavidezP. Benavides

El Obispo Álvarez se ha convertido en el rostro de la resistencia en Nicaragua, alzando su voz contra la creciente intolerancia del régimen sandinista que ha sometido a la comunidad empresarial, expulsado a la prensa libre del país e intentado controlar a la Iglesia Católica.

El obispo pasó más de 500 días bajo custodia después que la policía lo arrestara en agosto de 2022 durante una redada antes del amanecer en su curia diocesana, donde se había refugiado en protesta por la incautación de medios de comunicación católicos. En febrero de 2023, fue condenado a 26 años de prisión por cargos de conspiración y difusión de información falsa, un día después de que se negara a abandonar el país.

El Obispo Álvarez rechazó los intentos posteriores de exiliarlo, ya que la expulsión o el rechazo a los sacerdotes a reingresar al país después de viajar al extranjero se convirtió en una táctica común.

“La dictadura se siente más segura o más cómoda con la gente religiosa fuera del país que dentro del país”, dijo Arturo McFields Yescas, un ex diplomático nicaragüense ahora en el exilio.

“Cuando están dentro (del país) los consideran una amenaza, un peligro, un contrapeso a su narrativa oficial. Y cuando están afuera, (el régimen) siente que ya no tiene esa voz crítica, o esa voz de la verdad, que le hablaba a la gente y la gente escuchaba”, dijo.
— Catholic News Herald. OSV News contribuyó en este reportaje.

 En la foto de arriba: El obispo nicaragüense Rolando Álvarez de Matagalpa camina frente a una iglesia católica en Managua el 20 de mayo de 2022. Después de más de 500 días de detención, el régimen de Ortega liberó de la prisión al prelado, quien ha sido el crítico más prominente del gobierno nicaragüense, el 14 de enero, y lo envió al exilio junto con otros 18 eclesiásticos encarcelados. El Obispo Álvarez aterrizó sano y salvo en Roma el 14 de enero, confirmó el Vaticano. (OSV Noticias | Maynor Valenzuela, Reuters)

El obispo Rolando Álvarez es excarcelado y deportado de Nicaragua tras más de 500 días de detención

CIUDAD DE MÉXICO — El obispo Rolando Álvarez de Matagalpa ha sido liberado de prisión y enviado al exilio junto con 18 clérigos encarcelados, al tiempo que el gobierno nicaragüense expulsaba a su crítico más prominente, cuya presencia entre rejas daba testimonio del descenso del régimen sandinista al totalitarismo, junto con su implacable persecución de la Iglesia Católica.

Vatican News confirmó el 14 de enero a las 10:41 p.m. hora de Roma que, a excepción de un sacerdote que permaneció en Venezuela, todos los sacerdotes liberados, incluidos el obispo Álvarez y el obispo Isidoro Mora de la Diócesis de Siuna, han llegado a Roma "en las últimas horas" y son "huéspedes de la Santa Sede".

El medio independiente nicaragüense 100% Noticias publicó una fotografía en X, antes Twitter, de los dos obispos liberados concelebrando Misa en Roma.

Medios independientes nicaragüenses informaron el 14 de enero de que los sacerdotes y seminaristas habían partido de Nicaragua en un vuelo con destino a Roma, después de que el gobierno llegara a un acuerdo con el Vaticano para su liberación y exilio. El obispo auxiliar de Managua Silvio José Báez -- quien tuvo que salir del país en 2019 --, también confirmó la noticia en su Misa semanal en Miami, y se mostró visiblemente emocionado.

"Este es el poder de las oraciones del pueblo de Dios", dijo. "La dictadura sandinista criminal de (el presidente) Daniel Ortega no ha podido contra el poder de Dios".

El gobierno nicaragüense reconoció la liberación de los eclesiásticos en un comunicado del 14 de enero, en el que "agradeció profundamente" al Papa Francisco y al cardenal Pietro Parolin, secretario de estado del Vaticano, "las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas para hacer posible el viaje hacia el Vaticano de dos Obispos, quince sacerdotes y dos seminaristas".

"Ellos han sido recibidos por autoridades vaticanas, en cumplimento de acuerdos de Buena Fe y Buena Voluntad, que buscan promover entendimiento y mejorar la comunicación entre la Santa Sede y Nicaragua, para la Paz y el Bien", continuó el comunicado.

La declaración tuvo un tono inusualmente respetuoso -- lejos de las frecuentes acusaciones de terrorismo y golpismo del gobierno contra los líderes de la Iglesia que intentaron sin éxito facilitar un diálogo nacional después de que estallaran protestas masivas exigiendo la destitución de Ortega. El gobierno nicaragüense también rompió relaciones con el Vaticano y expulsó al nuncio, el arzobispo Waldemar Stanislaw Sommertag, en 2022. Posteriormente, el Vaticano cerró su embajada en marzo de 2023.

"Reconocemos las posibilidades del Diálogo franco, directo, prudente y muy serio, un Diálogo responsable y cuidadoso", decía la declaración del gobierno.

La liberación de 19 clérigos -- entre ellos el obispo Mora y más de una decena de sacerdotes detenidos durante una ola de detenciones en el período navideño -- provocó reacciones de alegría entre los nicaragüenses en el exilio, junto con declaraciones de continua resistencia.

"'¡Levántate rápido! En ese momento cayeron las cadenas de sus manos!'", dijo el obispo Báez en X, antes Twitter, citando Hechos 12,7.

"Con gran alegría doy gracias a Dios que están fuera de la cárcel mis hermanos obispos, sacerdotes y seminaristas. Triunfó la justicia. Se ha mostrado el poder de la oración del pueblo de Dios".

El embajador Brian A. Nichols, secretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado de EE.UU., dijo en X que el régimen expulsó "a 19 clérigos católicos injustamente detenidos, incluyendo al Obispo Álvarez".

"Nos tranquiliza ver la liberación de estos líderes religiosos. Todas las personas tienen derecho al culto en casa y en el extranjero. Continuamos llamando a la liberación de todos los injustamente detenidos y al restablecimiento de las libertades fundamentales del pueblo nicaragüense", subrayó Nichols.

El obispo Álvarez se ha convertido en el rostro de la resistencia en Nicaragua, alzando su voz contra la creciente intolerancia del régimen sandinista, que ha sometido a la comunidad empresarial, ha obligado a la prensa libre a salir del país y ha intentado controlar a la Iglesia Católica.

El obispo pasó más de 500 días bajo custodia después de que la policía lo detuviera en agosto de 2022 durante una redada antes del amanecer en su curia diocesana, de donde se le había prohibido salir después de que protestara por la incautación de medios de comunicación católicos. En febrero de 2023, fue condenado a 26 años de prisión por cargos de conspiración y difusión de información falsa, un día después de negarse a abandonar el país.

El obispo Álvarez rechazó los intentos posteriores de exiliarlo, ya que la expulsión o la denegación de la entrada al país a sacerdotes que habían viajado al extranjero se convirtió en una táctica habitual.

"La dictadura se siente más segura o más confortable con los religiosos fuera del país que dentro del país", dijo a OSV News Arturo McFields Yescas, ex diplomático nicaragüense en el exilio.

"Cuando están dentro (del país) los consideran una amenaza, un peligro, un contrapeso a su narrativa oficial. Y al estar fuera, (el régimen) siente que ya no tienen esa voz crítica, o esa voz de la verdad, que hablaba al pueblo y que el pueblo escuchaba", dijo.

— David Agren, OSV News