“El domingo pasado celebramos la resurrección del Maestro, y hoy asistimos a la resurrección del discípulo. Había transcurrido una semana, una semana que los discípulos, aun habiendo visto al Resucitado, vivieron con temor, con ‘las puertas cerradas’ (Jn 20,26), y ni siquiera lograron convencer de la resurrección a Tomás, el único ausente”.
Compartamos la misericordia de Dios con otros durante esta pandemia, pidió el Obispo Jugis en su homilía del Domingo de la Divina Misericordia
CHARLOTTE — Dios es misericordioso, y aquellos que lo han experimentado personalmente están llamados a ser “embajadores de su misericordia ante los demás”, señaló el Obispo Peter Jugis en su homilía del Domingo de la Divina Misericordia.
El obispo ofreció una misa privada el 19 de abril en la Catedral San Patricio, que se transmitió ‘en vivo’ por el canal de YouTube de la Diócesis de Charlotte, donde puede ver la Misa completa.
Desde el estallido de la pandemia de COVID-19, la mayoría de las Misas públicas y otras reuniones se han cancelado debido a las indicaciones de las autoridades de gobierno y sanitarias destinadas a frenar la propagación de la enfermedad. Hasta el domingo 19 de abril, el virus COVID-19 había infectado a más de 730.000 personas y causado la muerte de más de 39.000 en Estados Unidos, incluidas 195 en Carolina del Norte, según datos proporcionados por el Centro Johns Hopkins de Ciencia e Ingeniería de Sistemas.
Orar por la misericordia de Dios es particularmente importante ahora durante la pandemia de Coronavirus “que ha sumido al mundo entero en sufrimiento, tristeza y miedo”, dijo el Obispo Jugis.
“Continuamos pidiéndole a Dios que se apiade de nosotros y libere al mundo de esta plaga”, añadió.
“Dios es misericordioso, ese es el mensaje de Pascua de Jesús Resucitado”, enfatizó. La pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor es “una expresión de la amorosa misericordia de Dios Todopoderoso con toda la raza humana”.
“Es por ese sufrimiento, crucifixión, muerte y resurrección que Jesús ganó nuestra salvación”, dijo. Dios Todopoderoso “tuvo misericordia de nosotros cuando nos alejamos de Dios a través del pecado, e hizo de su único Hijo el sacrificio por nuestros pecados, trayéndonos de vuelta la vida en amistad con Dios”.
La Iglesia manifiesta la misericordia de Dios a través de la oración, la proclamación del Evangelio, los sacramentos (particularmente el sacramento de la penitencia) y las obras de caridad, anotó el Obispo Jugis.
Dios “quiere que la misericordia de Jesús se viva continuamente en la Iglesia, en el sacramento de la penitencia y en todo el ministerio de la Iglesia. Dios quiere que sus hijos en la Iglesia experimenten siempre su misericordia, la que a tan alto costo ganó para nosotros a través de su Hijo”.
El obispo Jugis recordó las dos intercesiones solemnes adicionales que se rezaron en todo el mundo durante la liturgia del Viernes Santo, una oración intercesora a Dios por los enfermos del Coronavirus y otra por los que han muerto a causa de él.
Estas oraciones especiales fueron “una hermosa señal de misericordia en el mundo de hoy”, dijo. “Orar, pedir e interceder ante Dios por el sufrimiento de la humanidad, ese es el ministerio de misericordia de la Iglesia en medio de este mundo”.
“La misericordia de Dios habita dentro de su Iglesia”, dijo, “y Dios quiere que su Iglesia sea su presencia misericordiosa en el mundo. Él quiere que la Iglesia sea su misericordia para todos los pueblos del mundo”.
“A través de nuestras oraciones (y) a través del testimonio de nuestras vidas, llevamos el mensaje de esperanza, vida nueva y salvación del Salvador resucitado a todos”.
El Obispo Jugis rogó a “quienes sepan que Dios es misericordioso, que hayan experimentado personalmente que Dios es misericordioso, amable y nuestro salvador; que nosotros, que hemos experimentado que Jesús es misericordioso, seamos embajadores de su misericordia para con los demás hoy, en este Domingo de la Divina Misericordia, y siempre”.
— Patricia Guilfoyle, Editora
En www.youtube.com/DioceseOfCharlotte: Vea la versión completa de la Misa celebrada por el Obispo Jugis en la Catedral San Patricio, con ocasión de la celebración del Domingo de la Divina Misericordia