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Dominicanos en Charlotte por fiesta de Virgen de la Altagracia

012122 virgenCHARLOTTE — Un año más de pandemia alejará a los dominicanos residentes en Charlotte de celebrar externamente la fiesta de su madre protectora, la Virgen de la Altagracia, que se festeja tradicionalmente cada 21 de enero en todas las iglesias en territorio dominicano y en algunos templos de la ciudad de Charlotte.

La última ocasión en que se celebró públicamente a la Virgen de la Altagracia en Charlotte fue en la Iglesia San Gabriel en 2019.

“Luego, la pandemia de COVID-19, las restricciones, el temor al contagio en las reuniones públicas, impidieron que nos reuniéramos públicamente, aunque siempre la celebramos en nuestros corazones”, dijo Lourdes Báez, nacida en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, y parroquiana de la Iglesia San John Neumann en Charlotte.

Sin embargo, aunque este año “se va a ir en blanco nuevamente”, y “siendo conscientes que no se puede hacer nada, estamos organizándonos para llevar un encuentro y rezar el Santo Rosario via Zoom”, expresó.

Para Báez, esta devoción Mariana es “importante porque crecí en el seno de una familia católica y bajo la devoción a la Virgen que nos la inculcó mi madre”. La fecha, dijo, “es inamovible en el calendario de feriados en la República Dominicana”, cuando, “se paraliza el país”, para realizar peregrinaciones a la Basílica de

Higüey, cumpliendo promesas ofrecidas a la Santísima Virgen María encarnada en la advocación de la Altagracia.

En los hogares católicos dominicanos, afirma Báez, “nunca falta una imagen de la Virgen de la Altagracia y una imagen del Sagrado Corazón”.

Fravelin Cuesta, también feligresa de San John Neumann, nacida en Santo Domingo, República Dominicana, recuerda haber asistido de niña en peregrinación a la Catedral de Higüey, que aloja la sagrada imagen de la Virgen de la Altagracia, acompañando a su madre y abuela. Hizo una larga fila para acercarse hasta la imagen y tocar con sus manos el cristal que la protege. “Es una experiencia inolvidable”, dijo.

Este año, señala, realiza la novena de manera virtual en un grupo al que se han plegado dominicanos de todo el mundo.

AÑO SIGNIFICATIVO

El próximo 15 de agosto se celebrará los cien años de la histórica coronación canónica de esta imagen Mariana para declararla Reina y Señora del pueblo dominicano.

La Conferencia del Episcopado Dominicano, a través de un comunicado, señaló que aprobó se hagan 12 réplicas de la imagen de la Altagracia, una para cada diócesis, que recorren desde agosto de 2021, durante todo el año las parroquias y comunidades “llevando el amor de Madre a cada familia y a todos los dominicanos para levantar la autoestima y la confianza como pueblo después de tantos meses de aislamiento”.

El cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia, lienzo tipo ‘Belén’ pintado probablemente en Sevilla entre 1500 y 1515, es posiblemente de la escuela de Alejo Fernández, con un elemento distinto y único: el rayo de luz. Ha tenido cinco restauraciones de importancia, la última en 1978.

¿QUÉ REPRESENTA LA IMAGEN?
012122 Virgen de la Altagracia 2A primera vista parece que la Virgen es el elemento más importante; pero al observar bien se distingue que es el Niño quien está en un primer plano. María ocupa el segundo y San José el tercer plano.

La Virgen está de rodillas y con sus manos juntas frente al pesebre expresando la devoción interior y nuestro deseo de someternos a Dios. Sus ojos están cerrados, no necesita ver más allá de Él; su boca está cerrada, no hace falta hablar; sus oídos están escondidos, no hace falta escuchar, pues todo consiste en estar, todo es presencia y gracia.

Este ícono nos presenta al menos cuatro escenas de la natividad: El momento de la concepción: representado en el manto azul; la divinidad la cubre con su sombra. El momento del nacimiento: el rayo de luz, simbolizando el traspaso del Niño Jesús desde las entrañas de María hasta el pesebre. El momento de la visita de los Reyes Magos y con ellos la presentación a toda la humanidad: simbolizado en la estrella de Belén. El momento de la muerte del Hijo de Dios: simbolizado en el bebe durmiendo y desnudo.

La corona habla de su condición de Reina, Madre de Jesús Rey del universo. Las perlas significan riqueza, pureza y virginidad.

La figura de José aparece en un tercer plano, semi oculta y pequeña. El vestido que porta es el traje de los obreros de la época en que se pintó el cuadro. La aureola sobre su cabeza es signo de su santidad. La vela que lleva en las manos es signo del servicio que ofrece a María para iluminar la noche y la oscuridad de la cueva que significa las tinieblas, símbolo del mundo en pecado, que es iluminado por la luz del mundo: Jesucristo. La columna viene a significar que la cueva de

Belén se ha convertido en un templo. El templo es el lugar físico donde habita Dios, es la casa de oración. Jesús mismo es también un templo.

El Niño ocupa el primer plano. Toda la simbología del cuadro, aunque tenga su significación, gira en torno a Él. Es el Mesías, verdadero hombre, nacido en la humildad y la debilidad de la carne, que necesita cuidado y protección.

—  César Hurtado, Reportero Contribuyó Catholic.net