CHARLOTTE — Caridades Católicas de la Diócesis de Charlotte, ofreció una jornada de reflexión sobre el Día Internacional del Refugiado que se conmemoró el pasado lunes 20 de este mes.
Durante el evento, que tuvo lugar en el Centro Pastoral Diocesano el jueves 23 de junio, los asistentes se informaron sobre el rol de Caridades Católicas y los Servicios de Alivio Católicos (CRS, por sus siglas en inglés) en la asistencia local y mundial a los refugiados.
Clare Pressimone, gerente de participación comunitaria de CRS, dijo que en la actualidad se desarrollan más de 20 conflictos a nivel mundial, lo que ha generado casi 28 millones de refugiados, la mitad de ellos niños.
Sin embargo, el problema es mayor. Mundialmente son 100 millones de personas las desplazadas por situaciones de hambre, cambio climático, enfermedades, violencia o conflictos armados. Agravando la situación humanitaria, solo el 0.5 por ciento de los refugiados son reasentados en alguna parte del planeta.
Ante esta realidad, CRS urge a los ciudadanos a manifestar su preocupación ante los legisladores del país enviado el texto ‘Call Congress’ al número 677-68. “Una vez que reciban una respuesta podrán enviar su inquietud a nuestros legisladores”, dijo Pressimone.
PRONUNCIAMIENTO
En Washington DC, el Obispo Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), emitió una declaración en la que recordó que el Papa Pío XII, hace casi 70 años, proclamó en su constitución apostólica Exsul Familia, que la ‘Sagrada Familia de Nazaret, que huyó a Egipto, es el arquetipo de toda familia de refugiados’.
“Mientras trabajamos ahora para apoyar a los desplazados por la guerra en Ucrania, seguimos instando a un uso más sólido del Programa de Admisión de Refugiados, que está diseñado para garantizar la integración a largo plazo y la autosuficiencia de los refugiados recién llegados”
Por ello, renovó el llamamiento de la USCCB para que “el Congreso apruebe una legislación que proporcione un camino hacia el estatus legal permanente para nuestros nuevos vecinos afganos”, reafirmando la importancia del asilo “como un mecanismo vital para la protección humanitaria”.
Concluyó rogando, “que la Sagrada Familia sirva como fuente de esperanza y fortaleza para todos aquellos que buscan seguridad, y que nosotros, que estamos llamados a conocer, amar y servir a Dios, lo reconozcamos en los desplazados”.
- César Hurtado, Catholic News Herald
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CHARLOTTE — Con un templo completamente lleno, la feligresía de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Charlotte recibió al Padre Walner Díaz en una Misa de bienvenida celebrada el martes 21 de junio.
El Padre Díaz, originario de El Salvador, fue ordenado sacerdote por la Congregación de la Misión (Vicentinos) hace un poco más de dos semanas.
“Cuando supe la noticia donde me iban a enviar, mi corazón se llenó de mucha alegría puesto que en algún momento he tenido la oportunidad de compartir con ustedes”, dijo el Padre Díaz en su homilía.
Señaló que en sus estadías previas percibió que en esta comunidad “hay un espíritu de lucha muy grande”. Son personas emprendedoras, trabajadoras, dedicadas, responsables con la familia, “con mucha convicción y con un deseo en su corazón muy grande de agradar al Señor”.
Luego reconoció que es un novato, con mínima experiencia como sacerdote, pero “traigo conmigo un corazón abierto, dispuesto a amarlos, a servirlos y, sobre todo, dispuesto a crecer con ustedes”.
“Esta experiencia a la cual el Señor me llama, el orden sacerdotal, no meramente me pertenece a mí, le pertenece al pueblo. Nos hacemos sacerdotes para servir al pueblo, renunciamos a nosotros mismos para poder caminar con ustedes, para poder acompañarlos en esta jornada”, precisó.
La Misa de bienvenida fue concelebrada por los sacerdotes Leo Tiburcio, Hugo Medellín, Luis Romero y Walner Díaz.
Al término de la liturgia, el Padre Leo Tiburcio, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, comentó que el Padre Díaz viene de una misión en Long Island. “Y al enterarse de que su destino era Charlotte, sus compañeros dijeron, ‘va a Charlotte porque allá son más pecadores’. No es así, yo le respondí a esta persona, ‘es que nosotros oramos más’”, sentenció, lo que provocó risas y aplausos de la feligresía.
Luego, dirigiéndose al Padre Díaz, le dijo que estaba muy contento, “muy feliz de tenerte aquí. Bienvenido a una comunidad muy variada, muy alegre, muy joven, con mucha fe, con muchas ganas”.
Finalmente, presentó al Padre Luis Romero, promotor de vocaciones de la Congregación de la Misión. Señaló que en estos tres últimos años, “el Señor ha ido cambiando nuestra comunidad”, refiriéndose al paso de los párrocos Vicente Finnerty y Gregorio Gay. Ello, dijo, “es una muestra de que nuestra propia comunidad sale a servir a su propio pueblo”, por lo que animó a los jóvenes a considerar la vocación sacerdotal”.
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- César Hurtado, Catholic News Herald