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Catholic News Herald

Serving Christ and Connecting Catholics in Western North Carolina

020218 fr serranoKANNAPOLIS — En el marco de una visita por los estados de Carolina del Norte y Carolina del Sur, el padre José Luis Serrano celebró misa y condujo una charla en la Iglesia San José de Kannapolis el pasado jueves 25 de enero.

El padre Serrano, sacerdote de la Diócesis de Tampico, México, se dirigió a más de un centenar de fieles que se reunieron para recibir sus enseñanzas.

Nacido en el estado de Zacatecas en 1978, Jose Luis Serrano se licenció en Filosofía y Teología en Roma, Italia, en 1978, siendo ordenado sacerdote en 2006.

Serrano, reconocido por su reciente participación en el Congreso Eucarístico 2017, reflexionó sobre el servicio y la familia en la sociedad, utilizando un estilo sencillo y amable pero directo.

VOLVER AL PLAN DE DIOS

Ante la crisis moral que atraviesa nuestra sociedad, y por tanto la familia, el sacerdote destacó la “necesidad de volver al plan original de Dios para nosotros”. “Todos coincidimos que la crisis de nuestro tiempo es una crisis de valores familiares. Y desde la familia se transmite a otras áreas de la sociedad”, añadió.

Señaló que a través de los medios de comunicación se transmite el materialismo (apego a los bienes materiales y dinero), el subjetivismo (donde no hay verdades absolutas sino que dependen del valor que le den las personas) y el relativismo (doctrina donde la verdad no existe). “Y cuando tenemos tantos frentes, lo que debemos de hacer es volver a enseñar la verdad. No solo con la defensa de la fe, sino además con el respaldo científico con el que contamos. No se trata que nos vean como atrasados y poco modernos. Tenemos que ir a las cosas como Dios nos la dio y necesitamos que Dios tenga nuevamente voz y voto”, expuso.

Para el sacerdote, la crisis de la familia es una realidad global, por lo que se hace indispensable volver a crear una cultura en la que debemos entender que no somos dueños de la verdad. “Hoy por hoy mantener los valores se ve como anormal. Demoler la familia fue una tarea rápida y nos toca la tarea de restablecerla”, aunque advierte que este cambio histórico llevará mucho tiempo.

Para Serrano, la tarea debe comenzar en las parroquias donde hay que recrear la cultura de la familia, la belleza del matrimonio entre hombre y mujer, la comunidad base donde hay que obedecer las reglas y autoridad que establecen el padre y la madre, pues “en la familia se aprende a amar, a ser amado, a respetar”.

EL SERVICIO

Aplicando sus ideas sobre la crisis de la familia al ámbito de lo que llama “la familia parroquial”, hizo hincapié en la designación de mandos y responsabilidades entre los servidores, donde “las tentaciones se acrecientan cuanto más la persona se compromete en servir a Dios”. Y una de ellas, resaltó, es la de “tomar poder”, de apropiarse del ministerio y las personas que en él sirven.

“Es una pena ver divisiones entre grupos de laicos que sirven en la Iglesia”, señaló, “especialmente cuando todos queremos lo mismo”.

Tras pasar una Biblia de mano en mano entre algunos de los asistentes, pidió le sea devuelta. Luego examinó el libro y preguntó si a alguien se le había ocurrido arrancarle una hoja, hacer anotaciones o cualquier otra cosa. “No”, respondieron los asistentes. ¿Y por qué no?, volvió a preguntar el sacerdote. “Porque no es nuestra”, fue la respuesta general. “Ustedes lo han dicho”, explicó el padre, “tenemos que evitar el individualismo en la iglesia. Nosotros no la vamos a cambiar. La iglesia es una realidad que recibimos y es nuestra responsabilidad entregarla igual”, aclaró.

Citando a San Agustín, el padre Serrano dijo que “en lo accidental”, en los “detalles”, podemos mostrar diversidad, pero “en lo fundamental unidad. Y siempre con caridad”

“Tener mando en un ministerio significa que te conviertes en el primer servidor de ese ministerio. Quiere decir que tienes una responsabilidad mayor, la de ser servidor de todos los servidores a tu cargo. ¿Cómo creen que firma el Papa? Antes de poner su rúbrica, el Papa firma como ‘siervo de todos los siervos de Dios’. Ese es el ejemplo”, sentenció.

— Cesar Hurtado, Reportero hispano

 

021618 aclu 3CHARLOTTE — Una pequeña casa localizada en Mount Holly aloja a una hermana y dos jovencitas en formación del movimiento ‘Apóstoles de la Palabra’, una misión establecida en 2013 en Charlotte, que ya había trabajado en el área desde 2004.

Eri Rodríguez, responsable de formación de la casa de mujeres y originaria de Laguna del Cofre, Chiapas, se interesó en el movimiento a los 19 años, cuando se le invitó a participar en un encuentro juvenil en su ciudad natal. Eri levantó la mano y decidió hacer el intento de vivir una nueva experiencia. “A mi papá le dije que me iba solo por cuatro meses, los que se han convertido en casi 22 años”, nos dijo sonriente.

La hermana nos aclara que no llegó por ninguna decepción o porque no encontró con quién casarse. “Estoy, con todas las dificultades que se encuentran en el camino, por un ideal de la que estoy convencida y luchando por la santidad”, nos aseguró.

¿Qué es Apóstoles de la Palabra?

La iniciativa surgió en 1968 en México, cuando el padre Flaviano Amatulli Valente, misionero Comboniano enviado a desarrollar la una revista misional, vio en La Chinantla, Oaxaca, la urgente necesidad de evangelización.

A inicios de los años 70 inicia la formación de jóvenes catequistas y misioneros laicos, enviándolos a las rancherías con el objetivo que sea el mismo laico quien evangelice a otros laicos.

En 1978, con el permiso del Obispo de Veracruz, Guillermo Ranzahuer, la comunidad logra establecerse, extendiendo el voluntariado misionero, al que respondieron numerosos jóvenes.

La hermana Eri refiere que la preocupación inicial del padre Amatulli fué la Biblia, pues “para muchos católicos, y es triste reconocerlo, la Biblia es aún un libro no conocido”.
En Charlotte

“Llegamos a Charlotte por providencia divina”, afirma la hermana Eri, “aunque el Padre Gabriel (Carvajal) fue de los primeros misioneros que llegó a Carolina del Norte en 1997, sin ser sacerdote, y dió a conocer la misión de Apóstoles de la Palabra en la Diócesis de Charlotte.

021618 aclu 2“Cuando era laico, tuve la suerte de tenerlo como párroco en la Diócesis de San Andrés Tuxla, Veracruz, donde me inscribí como catequista en los cursos que él organizaba”, refiere el padre Carvajal, Vicario de la Iglesia San Gabriel.

“Este movimiento tiene el carisma de ir a donde está la gente más apartada, más abandonada, donde el sacerdote ni siquiera puede llegar. Como dice Isaías, pude experimentar que hermoso es ver los pies del que corre por los montes llevando las buenas noticias a toda esa gente”, añade.

Pero el trabajo de Los Apóstoles no solo es ofrecer capacitación a laicos. Visitan parques, mercados de pulgas y tocan puertas casa por casa.

“Todavía nos falta mucho”, asegura la hermana Eri. “Es una bendición contar con una casa”, afirma, y espera que su tarea sea “como la levadura”, pues “esta misión es de todos”.
Si requiere mayor información, contacte a la hermana Eri al 209-626-0542 o escriba un correo a This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..

César Hurtado, Reportero Hispano