San Camilo nació en 1350 en Italia, donde formó parte del ejército veneciano. Tenía el vicio del juego de azar y cierto día perdió todo lo que poseía. En la miseria, se puso a trabajar en la construcción de un convento capuchino. Al escuchar las prédicas, poco a poco su corazón fue cambiando hasta que se reconoció como gran pecador y encomendó a la misericordia de Dios. Ingresó a los capuchinos, pero no pudo profesar por una enfermedad en su pierna. Retornó al hospital de San Giacomo y se dedicó al cuidado de los enfermos.
San Camilo decidió independizarse del Hospital San Giacomo y con dos compañeros inició la congregación de los Siervos de los enfermos. Cada día asistían a los pacientes del Hospital del Espíritu Santo, cuidándolos como si se tratara del mismo Cristo y los acercaban a los sacramentos.
Con el tiempo, el servicio de la congregación se fue ampliando y se asumió la misión de atender a los prisioneros enfermos y a los convalecientes que vivieran en casas particulares. Desde aquel entonces San Camilo envió religiosos con las tropas para que atendieran a los que cayeran heridos.
Muchos religiosos murieron en este sacrificado servicio, incluso por la peste, pero San Camilo y sus hermanos continuaron heroicamente. Tiempo después, San Gregorio XIV confirmó a la Congregación de San Camilo como orden religiosa.
León XIII lo proclamó patrono de los enfermos junto con San Juan de Dios y Pío XI lo declaró patrono de los enfermos y sus asociaciones.
¿Sabías que?
1. Su nacimiento fue considerado un milagro. Camilo nació cuando su madre se acercaba a los 60 años de edad y este hecho fue considerado como un milagro.
2. Su padre era un mercenario militar al servicio de España y de Venecia. En ese entorno el joven se sintió atraído por las riquezas y los placeres.
3. Inició sus estudios a los 32 años. Fue ordenado sacerdote el 26 de mayo de 1584 en la Basílica de San Juan de Letrán.
4. Se dice que con el acompañamiento de San Felipe Neri, Camilo trató de suavizar su carácter rudo.
5. Rezaba todos los días el Rosario y animaba a que otros lo hicieran. Celebraba Misa todos los días y tenía una gran devoción por la Eucaristía.
6. 250 años antes del nacimiento de la Cruz Roja Internacional, la “cruz roja” de los hábitos de los hijos de San Camilo brilló en los campos de batalla como signo de fraternidad.
7. Camilo profetizó que moriría en Roma en la fiesta de San Buenaventura, el 14 de julio según el antiguo calendario litúrgico, y así sucedió en 1614. Su cuerpo fue embalsamado y su corazón fue colocado en un relicario.
— Condensado de Catholic.net y ACI Prensa
Señor Jesús, que haciéndote hombre,
quisiste compartir el sufrimiento
de nuestra naturaleza humana,
te suplico por la intercesión de San Camilo,
el santo protector de los enfermos,
que amó y se entregó a los demás,
que con caridad y compasión sirvió intensamente
a los pobres y a los enfermos como si fueran sus hijos,
que ayudes a los que están pasando dolor,
a los que necesitan alivio y sanación
y viven el difícil momento del sufrimiento.
Sana al que está llagado en el cuerpo y en el espíritu,
sostén la fe de los que bajo la cruz vacilan por la fuerza del mal,
abre horizontes de esperanza a los que están en la oscuridad.
Haznos, como San Camilo,
conscientes de que en el rostro del enfermo,
del que sufre y está agobiado
o del que padece grandes necesidades,
está tu mano acariciando a nuestro corazón. Así sea.