El Santo Rosario es un rezo tradicional que se compone de 20 Misterios, divididos en 5 partes; cada uno describe pasajes de la vida, Muerte y Resurrección de Jesús, incluyendo también el rol de su Madre, la Santísima Virgen María, en la labor de Salvación de Jesucristo.
Es por eso que el Rosario se considera como una oración Cristológica y Mariana.
El Rosario está compuesto de las oraciones clásicas de la Iglesia como el ‘Padre Nuestro’ y el ‘Ave María.’ Oraciones repetitivas y de alabanzas que se encuentran en el Evangelio de San Lucas. Relata la historia que los orígenes del Santo Rosario se encuentran en la orden de San Benito, y que fue difundido en el mundo por los Frailes Dominicanos. Después, se hizo universal en el siglo XIII apareciendo en ese entonces las cofradías y los grupos. En el siglo XVI se inicia con la compilación de los 3 misterios iniciales: Los Misterios Gozosos, Dolorosos y Gloriosos. En el año 2002, el Papa San Juan Pablo II incorpora los Misterios Luminosos; Misterios que incluyen la vida pública de Cristo, para resaltar el carácter Cristológico del Rosario.
El Rosario está compuesto de dos puntos especiales: la oración verbal repetitiva, por la cual decimos 50 veces en cada Rosario, el Ave Maria, 5 veces el Padre nuestro y 5 Gloria al Padre, e iniciándose este con el Credo (hay zonas en latino América que se le añaden algunas oraciones al finalizar cada misterio), y la oración mental, que es la meditación sobre la vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Una señora joven, y consagrada a Jesús por María, me contó que cuando ella reza el Rosario, pone las repeticiones verbales del Ave Maria como una música de fondo para la meditación consiente y devota del misterio que se anuncia al principio de cada década. Esta es una gran forma de recitar el Rosario con una devoción sincera.
Recuerdo lo pesado que me resultaba el Rosario en mis épocas del colegio. Era una obligación diaria el estar en la capilla rezando lo mismo y de rodillas. Eso fue algo que me causó una “alergia” a rezar el Rosario por muchos años. Sin embargo, gracias a Dios y la Virgen Maria, ya adulta aprendí algunas cosas más sobre esta oración tan especial y empiezo nuevamente a recitarla.
Cuando hice mi consagración formal al Sagrado Corazón de Jesús por medio de la Virgen Maria, aprendí a disfrutar el rezar el Rosario. Hoy día, me es algo indispensable. No rezo una vez al día. Rezo cada vez que puedo o quiero. He aprendido a usar todo ese tiempo que yo llamaba ‘tiempo libre’ para recitarlo. Lo hago cuando manejo, cuando me preparo para salir, a media noche, cuando me despierto, y cada vez que se necesita de una oración. Es decir, le dedico un buen tiempo que antes solo dejaba correr; un buen tiempo de mi cada día.
No hay lugar que no se pueda adornar con el rezo del Santo Rosario: en la calle, en la casa, en la oficina, en el campo, en una reunión, y ¿Por qué no agradeciendo a Dios en una fiesta?
Para mí, el dejar de rezar me hace sentir como que no he comido, o tomado agua. Me falta mi momento especial de oración con Nuestra Madre Maria, que tanto intercede por nosotros. Rezo a la velocidad indicada, ya que el rezo a velocidad pierde su concentración y el rezo muy lento adormece. Cuando estoy alegre, feliz, en paz, triste, enferma, con problemas, y hasta cuando pasa un huracán! Lo rezo…
Lo hago por mí, por ti, por el Papa Francisco, por nuestros sacerdotes. Rezo el Rosario por todo y todos. Me hace sentir que hago algo por toda nuestra Iglesia, esparcida por todo el mundo.
Siendo un sacramental, el Rosario contiene los principales misterios de nuestra religión católica que alimentan e incrementan nuestra fe. Además, recibo las gracias de las 15 promesas que la Virgen Maria ofreció para los que le rezaran el Rosario.
Al entregarle a María mis oraciones, la hago administradora de ellas, para que sean utilizadas por la Virgen de la mejor manera, muchas de las cuales ni siquiera me puedo imaginar.
A todos los que se den el trabajo de leer esta nota de testimonio es porque se les está invitando, de parte de María a tomar este lindo camino de oración...
Piénsenlo y tomen su decisión.
Que Dios les bendiga.
Mariella Buscaglia es miembro de la Parroquia de San Marcos en Huntersville. Buscaglia es una de las coordinadoras del grupo de los Consagrados a Jesús por María de la Iglesia de San Marcos.