Queridos hermanos en Cristo,
Quiero escribir estas líneas para agradecer a todas las personas que me han llamado para decirme que sienten mucho que el Congreso Eucarístico se haya cancelado y que pedirán al Señor porque las cosas vayan tomando el rumbo de calma para poderlo celebrar nuevamente el próximo año.
Como ustedes saben, por mas de 15 años el Congreso Eucarístico se ha llevado a cabo gracias a la gran inspiración que el Espíritu Santo dio a nuestro Obispo Pedro Jugis de reunir a su diócesis anualmente para esta gran celebración.
Todavía recuerdo el primer año de nuestro Congreso. Teníamos un cuarto muy pequeño con capacidad para 800 personas en el área hispana y no llegamos a la capacidad del cupo. Pero a partir de allí, año tras año, se ha venido incrementando la participación hispana de tal manera que hemos llegado a un numero bastante mayoritario, y creo que seguirá creciendo con el tiempo.
Y si vemos las razones por las que ha sido tan importante este evento para nuestra comunidad, es precisamente porque somos una comunidad que nos encanta estar juntos. Somos tan amigables que no nos importa estar apretados en un salón si vamos a encontrar a nuestros amigos y conocidos.
Los movimientos apostólicos encontraron en el Congreso Eucarístico una buena oportunidad de encontrar a todos los miembros de diferentes parroquias y darles un abrazo de hermanos como todos decimos.
Los sacerdotes nos encontramos con gente de parroquias pasadas y nos da tanta alegría ver a todos los que ya conocemos. Todo eso va creando un sentido de familia y generando una paz y una alegría inmensa, que no es otra cosa que gracias venidas del Espíritu Santo y de los frutos de la presencia viva de Cristo en la Eucaristía.
Aún para los niños y jóvenes se transformó en un momento de gracia, en el que se encuentran con otros jovencitos que también creen y profesan su misma fe. Para muchos de ellos, viniendo sobre todo de parroquias muy pequeñas, se les abrieron los ojos al ver que hay muchos más jóvenes viviendo su misma fe y eso los animó a seguir perseverando en la fe cristiana. No se diga el deleite de los grandes expositores que se les ha traído para ellos y que les ha mostrado el rostro de Jesús joven.
Y sobre todo nos encontramos todos juntos como Iglesia diocesana, con nuestro Obispo a la cabeza que irradia tanta fe, con nuestros sacerdotes que nos representan como parroquias y con todos nuestros diáconos, religiosos y religiosas que nos muestran su consagración a Dios, su gran fervor y reverencia por la Eucaristía.
Queridos hermanos, yo sé que este año vamos a extrañar todo esto. Vamos a extrañar los abrazos compartidos, vamos a anhelar la procesión, la música de avivamiento, la Hora Santa, las conferencias tan ricas que nos dieron los conferencistas en el pasado.
Quiero pedirles a todos ustedes que no decaigan en la fe, sino por el contrario, que esto nos anime a ver la importancia que tiene nuestro congreso en nuestras vidas. Que para el año que entra, Dios mediante, lleguemos con más fervor y mayor devoción a buscar al Señor de la alegría y a todos nuestros hermanos que tendrán tantas ganas de darnos un abrazo doble.
Por lo pronto, en este tiempo de dificultad, no hemos querido dejarlos solos. Vamos a presentar el congreso de una manera virtual para que puedan recordar el pasado, pero recibir también bendiciones del Señor.
Los conferencistas que estaban propuestos para este año nos han enviado videos con una breve conferencia, nuestro Obispo celebrará la Misa y un servidor tendrá la Hora Santa en vivo.
Dios les bendiga.
El Padre Julio Dominguez es el director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte. Siga sus videos en la página YouTube de la Diócesis de Charlotte.