Hace algunos días, un amigo me decía es que él no quería asistir a la Santa Misa hasta que se abriera la oportunidad de poder recibir la Eucaristía en la lengua, como era costumbre de la mayoría de nosotros antes de la pandemia.
Le expliqué que en nuestra diócesis se ha dado permiso para que los fieles reciban la comunión en la lengua si así lo desean, o en la mano por el motivo de la pandemia. Me preguntó, “¿y qué pasaría si mi párroco no quiere darme la comunión en la lengua?”. Le respondí que podía hablar con él respetuosamente y apelar al permiso que se dio en la diócesis por parte de nuestro obispo.
Sé que para muchos de nosotros, los latinos, recibir la comunión en la mano es algo bastante fuera de lo normal pues en nuestros países la práctica ha sido siempre en la boca.
Para que la recepción de la Eucaristía, tanto en la boca como en la mano, se haga de una manera segura, debemos tener en cuenta primero el salvaguardar el sumo respeto a la Eucaristía y, segundo, el evitar el contagio. Por ello, me gustaría dar algunas normas sencillas que podrían ayudarnos para hacerlo con sumo respeto y evitar los contagios.
Para quienes reciben en la mano:
- Tener conciencia que estamos recibiendo el Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, debemos hacer con nuestras manos un verdadero lugar sagrado donde se pueda depositar la Eucaristía sin dar ocasión a que caiga.
- Lo que se ha sugerido siempre es que se ponga la mano izquierda sobre la derecha bien estirada, de manera que se deposite la sagrada Eucaristía allí. Así, el sacerdote no tendrá ocasión de tocar la mano quienes reciben la Eucaristía.
- Al recibir la Eucaristía en la mano, la tomamos con dos dedos de la mano derecha y la llevamos a la boca directamente. He visto a más de uno hacer la señal de la cruz con ella y eso es erróneo.
- Tenemos la obligación tener cuidado que no haya quedado ninguna partícula en nuestra mano, pues en la menor partícula está contenida toda la divinidad, Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Si hubiera alguna partícula, recogerla con toda reverencia y consumirla inmediatamente.
- A algunos les da por limpiarse la mano en la ropa después de comulgar y eso no es correcto.
Para quienes reciben en la boca: - No están haciendo algo contrario a la práctica de la Iglesia. Por el contrario, es la forma ordinaria y más noble en la recepción del Sacramento, y si fuera de rodillas mucho mejor.
- Les pido que traten de sacar bien su lengua, ampliándola lo más que puedan para que el sacerdote deposite en ella la Eucaristía evitando que caiga.
- Esperen que sea el sacerdote quien ponga en ustedes la Sagrada Forma y no ustedes los que quieran quitársela con su boca de los dedos, pues da lugar a que se toque los dedos del sacerdote, precisamente lo que estamos tratando de evitar.
- El sacerdote presenta la Eucaristía delante de ustedes y les dice: “El Cuerpo de Cristo”. Procuren no tener cerrados sus ojos pues necesitan visualizar la Eucaristía para que no caiga.
En estos tiempos de pandemia, tenemos que ser muy cautelosos en lo referente a la propagación del virus, pero mucho más en que podamos recibir con gran dignidad a nuestro Señor Jesucristo en la boca o en la mano.
Dios les bendiga.
El Padre Julio Dominguez es director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte. Vea sus mensajes en video en la página de YouTube de la Diócesis de Charlotte.