En estos días hemos estado discutiendo y tomando decisiones en la diócesis sobre la necesidad de volver a las aulas y también considerando los riesgos que hay.
En lo particular, apoyo mucho el punto que los niños y también los adultos vuelvan a las aulas formativas con las debidas precauciones y reglas para evitar contagios.
Cuando los niños vienen a las aulas ellos se encuentran ya en un entorno eclesial. Se encuentran con una persona que cree y profesa su fe (catequista), se encuentra con otros niños que vienen a descubrir esas enseñanzas de fe, se encuentran con un texto escrito que tiene una verdad presentada y a alguien que se lo puede explicar si hay duda.
El caso de los adultos es también parecido; el adulto toma la decisión de salir de casa e ir al encuentro de la comunidad de fe, tal como sucedía en las primeras comunidades cristianas. Momentos de compartir y expresar la fe, momentos de dar testimonios de esta fe que vivimos y profesamos. He estado en varias reuniones virtuales con adultos y puedo ver que están presentes, pero al mismo tiempo los veo ausentes, no por maldad, sino simplemente porque están en casa con mil cosas y pendientes en sus espaldas. Pienso que el momento y lugar sagrado del encuentro es algo que nos hace realmente centrarnos en lo que estamos haciendo.
Pero, ahora bien, viene el punto del riesgo de infección y es aquí donde las oficinas diocesanas están dando una serie de recomendaciones a seguir. Pienso que el sentido de responsabilidad y de prudencia tiene que ser ejercitado con mucha delicadeza y amor. No creo que el miedo al qué pasará, el temor a que mis niños puedan infectarse deba pararnos. Tendremos que estar bien atentos a la salud física de nuestros niños. Si un niño tiene un síntoma, por pequeño que sea, tendrá que permanecer en casa por seguridad de todo el grupo, pero eso lo lograremos todos juntos creando una conciencia de responsabilidad y corresponsabilidad.
La colaboración de todos nos dará el éxito y sugiero que, al menos unas dos veces por mes, podamos volver a las aulas formativas. Ya las parroquias tendrán que seguir las regulaciones dadas desde hace tiempo por nuestro Canciller.
El Padre Julio Dominguez es el director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte. Vea sus mensajes en video en la página de YouTube de la Diócesis de Charlotte