Queridos hermanos, hemos pasado unos días que nos han parecido a muchos de nosotros muy largos y preocupantes.
Hemos tenido que ajustarnos a un modo nuevo de vivir e incluso de celebrar nuestras fiestas litúrgicas y nuestra Semana Santa y Triduo Pascual.
De todo esto tenemos que ver siempre la parte más positiva y darnos cuenta que ha sido siempre en los problemas y en los exilios, guerras y tempestades en las que el ser humano vuelve su rostro a Dios implorando su misericordia.
En este pasado domingo, en que acabamos de celebrar el Domingo de la Misericordia, recordamos que tenemos que aferrarnos a nuestra fe y pedirle al Señor su gran misericordia.
Si nos remontamos a los tiempos del Antiguo Testamento, nos encontraremos con las muchas ocasiones en las cuales el Señor desbordó su amor y misericordia con el pueblo de Israel, perdonando incluso sus pecados.
Así mismo, hoy es un momento muy propicio en el cual podemos decirle al Señor que tenga misericordia de nosotros y del mundo entero.
La oración del Justo salva al pecador. Unamos nuestra oración a la del Hijo y pidamos fuerte e incesantemente por toda la humanidad para que la misericordia triunfe sobre el juicio.
El Padre Julio Dominguez es director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte.
Rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia
Se utiliza un rosario común de cinco decenas.
1. Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo.
2. Al comenzar cada decena decir:
“Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.”
3. En las cuentas pequeñas del Ave María:
“Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.”
4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.”