En estos días que han pasado desde que tomé a mi cargo la oficina del Ministerio Hispano, he estado investigando el número de grupos apostólicos que tenemos en nuestra diócesis y, con gran sorpresa, me di cuenta que tenemos por lo menos 12 o 13 grupos o movimientos apostólicos.
Entre ellos figuran el Movimiento Familiar Cristiano, Adoración Nocturna, Cursillos, Familia de Emaús, Renovación Carismática, Ministerio Emaús, Grupo del Rosario, Legión de María, Apóstoles de la Palabra, Juan XXIII, Neocatecumenales, Avivamiento en el Espíritu e Hijos de María Santísima.
Al parecer, todos ellos están activos en nuestra diócesis y muy pronto estaré llamando a todos los coordinadores para que presenten los carismas y llamamientos que el Señor les ha hecho. Es interesante ver que todos ellos tienen muchos miembros y están evangelizando más y más gente cada día.
A mí me impacta ver como trabaja el Espíritu Santo en la Iglesia, pues a través de carismas y dones va haciendo el llamado a más personas a involucrarse de algún modo en la Santa Iglesia. Me encantaría escuchar el testimonio de cada uno de ellos y que me muestren lo que están experimentando y transmitiendo a todos nuestros hermanos que ya están siendo evangelizados.
Se me figuran como un jardín de radiantes flores, que entre más variedad haya más hermoso se ve el jardín. Pero, en este jardín hay un propósito común y real, y este viene siendo el agradar al dueño del jardín que las ha puesto. De la misma manera, el Santo Espíritu va plantando sus carismas y va haciendo que éstos florezcan para agradar a Dios, embelleciendo el jardín que es la Santa Iglesia.
En este jardín no tiene que haber competencia entre las plantas, pues cada una de ellas agrega algo novedoso. Y es la combinación de formas y colores lo que hace resaltar la belleza de cada una y de su conjunto. De la misma manera, en nuestra Iglesia el Espíritu Santo sabe bien lo que hace. Cada grupo apostólico va agregando cosas nuevas a la Santa Iglesia y de esta forma nuestra Iglesia se engalana y brilla en el mundo con todos sus dones.
Nuestros grupos apostólicos deben reflejar la unidad en la diversidad y sentirse siempre parte de la única Iglesia que el Señor quiso fundar. Aquí no caben las riñas y rivalidades, aquí debemos de entender que trabajamos para el mismo Señor de los cielos y debemos alegrarnos por el llamamiento que nos ha dado de poder servirlo en el seno de la Santa Iglesia.
El Padre Julio Dominguez es el director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte.