El Domingo de Ramos comenzamos la semana más importante del año, la semana que llamamos la "Semana Santa." Sin embargo, es importante recalcar que de cierta manera, todas las semanas son santas.
Todas las semanas se celebra la Santa Misa, los sacerdotes escuchan confesiones, niños son bautizados, jóvenes reciben el sacramento de la Confirmación, parejas se casan, y en todo el mundo, religiosos y fieles ofrecen sus oraciones a Dios. También es cierto que todos los días hay fiestas de diferentes santos, los cuales honramos y recordamos por su santidad y por su testimonio de Dios.
Sin embargo, aunque podemos considerar todas las semanas como santas, esta semana es especial. La razón de esto es porque los eventos que conmemoramos de una manera especial durante esta semana son los eventos que le dan significado a todos los eventos santos que celebramos o recordamos en la Iglesia.
Durante esta Semana Santa recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, dando su testimonio al mundo que Él es en realidad el Mesías que ellos tanto esperaban. Jesús es aquel frente al cual todo el cielo, la tierra y debajo de la tierra tendrán que postrarse. Jesús es soberano sobre todas los pueblos y naciones, y Él es soberano sobre todos nuestros corazones.
Esta semana también recordaremos la Ultima Cena, la comida ceremonial que Jesús celebró con sus Apóstoles, y durante la cual Cristo nos dio los dones del sacerdocio y la Eucaristía. Jesús toma esta ceremonial comida y la transforma en algo mucho más grande para nosotros, la convierte en un regalo que Él continua dándole a su pueblo todos los días.
Durante el Viernes Santo recordamos, de una manera especial, el sufrimiento, la Crucifixión, y la Muerte de Jesús. San Pablo nos dice que él predica a Cristo, y a un Cristo crucificado. En toda iglesia católica alrededor del mundo, se requiere que haya una imagen de Cristo crucificado en la cruz. Todo hogar católico debe tener por lo menos un crucifijo colgado en la pared (Sin embargo, yo recomiendo que haya uno en cada cuarto de un hogar). La razón de esto es que fue por nuestros pecados que Jesús murió en la cruz, y solo al nosotros cargar nuestra cruz y siguiéndolo a Él a la cruz podemos tener la esperanza de ser libres de la esclavitud del pecado.
Finalmente, llegamos a la noche más santa de todo el año, la Vigilia de Pascua. La liturgia que comienza en la oscuridad, y a medida que continua, se ve la luz que se esparce de un rincón de la iglesia hacia el otro, reflejando así la Gloria de Cristo que ha resucitado de la muerte. Nosotros entonces nos maravillamos de su poder y de la majestad de Jesús, y de la realidad de que todos aquellos quienes se han unido espiritualmente a Cristo durante la Semana Santa, se les ofrece la Resurrección de la muerte y glorificación con Jesús.
Entonces, hermanos y hermanas, al embarcarnos en esta la "Semana más Santísima," vengamos a la Iglesia y participemos en todas las Liturgias que se ofrecen durante este tiempo. Pero también unamonos a la celebración de esta Semana Santa en donde quiera que nos encontremos, no solo estando presentes físicamente, pero de una manera real uniéndonos al triunfo de Cristo, en su tristeza, su sufrimiento y su Muerte. Esto es lo que le da significado y propósito a todas las otras cosas que hacemos durante el resto del año. Esto es lo que santifica a los santos, y nos convierte en santos a nosotros los pecadores. Para que nosotros que hemos muerto con Cristo, resucitemos de verdad en su Gloria.
El Padre Joshua Voitus es el Párroco de la Iglesia Saint Mary, Mother of God, en Sylva, NC. El Padre Voitus celebra Misa de Vigilia Dominical en español todos los sábados a las 8 p.m