En 1650, un negro esclavo angoleño pintó en el barrio de Pachacamilla, en Lima, capital de Perú, una imagen del Señor crucificado sobre una pared de adobe.
Esta imagen permitió a los más pobres contar con un derecho a la religión que sus amos practicaban, a la que ellos, por su condición, no les era permitida.
La devoción fue creciendo muy rápidamente. De todas partes llegaban los fines de semana para rezar, cantar y bailar para el Señor hasta altas horas de la noche.
Preocupado, el virrey, que pensaba que se preparaba un motín, mandó destruir la débil pared que ni la lluvia y humedad habían logrado deteriorar.
Pero, en las tres ocasiones que se intentó derrumbar la pared, albañiles y soldados cayeron al piso rogando perdón por sus actos.
Un representante del virrey, con un deforme tumor en el rostro, fue sanado milagrosamente al ver la imagen y, en agradecimiento, mandó edificar una ermita para protegerla.
La devoción creció y el culto fue oficializado por la Iglesia Católica, que realizó la primera Misa en la ermita en septiembre de 1671.
Dos fuertes terremotos que casi destruyeron la ciudad de Lima no lograron afectar la sagrada imagen. Grupos de devotos donaron un terreno, materiales y trabajo, logrando construir la Iglesia de las Nazarenas, en cuyo altar mayor se encuentra el muro original donde fue pintado el Señor de los Milagros, al que también se le llama Cristo de Pachacamilla, Cristo Morado, Negrito Lindo, Señor de los temblores y Señor de los emigrantes.
Con el paso de los años, gracias a los peruanos migrantes, la devoción ha ido creciendo en muchos lugares del mundo, alcanzando inclusive al Vaticano, donde anualmente se realiza un recorrido en la Plaza San Pedro.
En la Diócesis de Charlotte, hace poco más de diez años, unos hermanos trajeron desde Lima la imagen e iniciaron la procesión del mes de octubre.
En Nuestra Señora de Guadalupe, donde otro grupo de hermanos trajo otra imagen, se le dio un lugar privilegiado para que esté disponible a los visitantes durante todo el año.
La Iglesia San Marcos, que cuenta con una hermandad fundada hace 10 años, celebra una Misa solemne el 28 de octubre. Esta parroquia ha tenido la bendición de acoger la multitudinaria procesión los dos últimos años. Este 2019 se realizará el 27 de octubre en la parroquia San Gabriel.
La manifestación de religiosidad popular cuenta cada día con más devotos que se integran a la hermandad vistiendo hermosos hábitos morados, aceptando las condiciones de su filiación, fomentando la devoción y celebrando su mes festivo con penitencias en agradecimiento por su amor y protección o en busca de un milagro.
Los invitamos a participar el domingo 13 de octubre, a las dos de la tarde, a la Misa y procesión en Nuestra Señora de Guadalupe; el domingo 27 de octubre, a las 6:30 p.m., a la Misa y procesión en San Gabriel; y el lunes 28 de octubre, a las 7 p.m., a la Misa solemne en San Marcos.
Mariella Buscaglia es miembro de la Parroquia San Marcos en Huntersville.