“Dios está verdaderamente vivo”
CHARLOTTE — Junto con aproximadamente 1,5 millones de personas de todo el mundo, jóvenes de cinco parroquias de la Diócesis de Charlotte peregrinaron a Lisboa, Portugal, la semana pasada para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud 2023.
Grupos provenientes de Santiago el Mayor en Concord, San José en Kannapolis, Santa María en Greensboro, de la Iglesia Oriental San Basilio el Grande y Nuestra Señora de Guadalupe en Charlotte asistieron al histórico evento. Ellos se contaban entre los aproximadamente 30 mil peregrinos de Estados Unidos.
“Fue una experiencia reveladora ver a todos los jóvenes de diferentes países mostrando su amor y devoción por Cristo”, dijo Vicente Capistrano, líder juvenil de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. “Me encantó especialmente escuchar oraciones que conozco en español e inglés en diferentes idiomas como portugués, eslovaco, francés e italiano. ¡Nunca olvidaré lo hermoso que se veía el cielo con todas las diferentes banderas de todo el mundo! Dios está verdaderamente vivo”.
Cada cuatro años, jóvenes de todo el mundo se reúnen para la Jornada Mundial de la Juventud, una experiencia de una semana para profundizar su fe, dar testimonio de la universalidad de la Iglesia Católica y comprometer sus vidas a Cristo junto a cientos de miles de compañeros con ideas afines. Desde la primera Jornada Mundial de la Juventud en Roma en 1986, iniciada por el entonces Papa Juan Pablo II, millones de jóvenes continúan reuniéndose y compartiendo su amor por Cristo.
Durante la homilía en la Misa de clausura de este año, el Papa Francisco dijo: “Repitamos todos esta frase en nuestros corazones: ‘No tengan miedo’. Jesús conoce el corazón de cada uno de ustedes, los éxitos y los fracasos. Él conoce sus corazones”. “Y hoy les dice, aquí en Lisboa, en esta Jornada Mundial de la Juventud, ‘No tengan miedo’”.
Veinticinco jóvenes de la parroquia de Santiago el Mayor en Concord que asistieron a la Jornada Mundial de la Juventud se inspiraron en las palabras del Papa. Para llegar a Lisboa, durante meses trabajaron organizando ventas de pasteles, rifas y otras recaudaciones de fondos.
“El Señor nos trajo allí por una razón: para alabar y compartir Su nombre con otros”, dijo el miembro del grupo juvenil, Ángel Vásquez, de 18 años.
¿La parte más valiosa de la experiencia? “Compartir nuestra fe y amor de Cristo con tantos jóvenes alrededor del mundo”, dijo Vásquez. “Podíamos sentir el amor de Dios”.
Para su compañera del grupo juvenil Aracely Castro, de 22 años, esta fue su segunda Jornada Mundial de la Juventud, y una experiencia tan increíble para ella como la primera.
Como adulto joven, “uno se distrae con lo que sucede en la vida, en el trabajo, en la escuela”, dijo Castro. Eso hace que sea difícil para una persona joven rendirse a los planes de Dios.
“Pero cuando llegué a Lisboa y dejé que todo se fuera, me entregué por completo y sentí una paz inmensa, como si Dios se hubiera quedado conmigo”, dijo. “Pude encontrarme a mí mismo, encontrar a Jesús dentro de mí, y entendí cómo Él trabaja y continúa trabajando dentro de mi vida”.
La próxima Jornada Mundial de la Juventud se celebrará en Seúl, Corea del Sur, en 2027.
— Spencer K.M. Brown Y César Hurtado