HICKORY — La fe persistente de un feligrés ha traído una nueva luz a la capilla de la Iglesia San Luis Gonzaga.
El 15 de agosto, la iglesia inauguró las vidrieras que reemplazaron los ventanales cubiertos con pesadas cortinas en la Capilla de Adoración Perpetua del Inmaculado Corazón de María. Ochenta y cinco feligreses se reunieron cuando el párroco, el Padre Larry LoMonaco, bendijo las nuevas ventanas durante la fiesta de la Asunción. La ceremonia incluyó el rezo de los misterios gozosos del Santo Rosario y cantos en honor a María interpretados por el Coro Jubilar de Niños, dirigido por James Maxson.
La idea de instalar vidrieras vino de la feligresa Gia Maxson, quien ha orado y meditado en la Capilla de la Adoración Perpetua durante más de 10 años. En abril de 2021, después de rezar el Santo Rosario, descorrió las pesadas cortinas que aseguraban la paz y privacidad de los adoradores y pensó: ¿Las vidrieras no traerán más luz solar?
Maxson y otro feligrés, Char Sweeney, también sirven como catequistas para la clase de formación en la fe de séptimo grado de la parroquia. Les preguntaron a sus alumnos acerca de colocar vidrieras, y los niños pensaron que era una gran idea. Lo mismo hizo el Padre Lomonaco, y pronto el esfuerzo despegó.
Maxson y Sweeney organizaron una venta para recaudar dinero, solicitando la ayuda de sus estudiantes.
El Padre Lomonaco recomendó que se comuniquen con las Hermanas de San José en San Agustín, Florida, que tienen un estudio de arquitectura con vidrieras. Maxson supo que estaban en el camino correcto cuando leyó el eslogan en el camión de las hermanas: “Difundiendo la luz de Dios alrededor del mundo”.
La parroquia optó por un tema mariano para las vidrieras, en honor al patrocinio de la capilla bajo el Inmaculado Corazón de María.
Aunque el precio de $30,000 parecía insuperable, los feligreses no se desanimaron. La venta parroquial recaudó poco más de $1,000. Maxson continuó haciendo anuncios promocionando el proyecto y habló con los feligreses.
Barbara Hancock, la coordinadora de contabilidad de la parroquia, mantuvo a todos informados. Para diciembre de 2021, se recibió el último centavo y realizó el pedido de las ventanas. Finalmente, en junio se instalaron los vitrales.
Maxson ve las nuevas ventanas como un testimonio para la comunidad. “La Santísima Madre es claramente visible desde la calle, y les dice a todos los que pasan: ‘Hagan lo que Él les diga'”, dijo, citando lo que María dijo durante la boda en Caná en el Evangelio de San Juan.
— Bárbara Case Speers