CHARLOTTE — Mayra Tijerino y su familia están siendo abrazados con oraciones tras el repentino arresto de su hermano, un sacerdote en Nicaragua.
A casi 2.000 millas de distancia, su hermano está detenido en una celda como preso político del gobierno nicaragüense. Durante semanas su familia no ha tenido noticias de él.
Una Misa ofrecida en la Iglesia San Mateo el 24 de agosto congregó a varios cientos de personas para orar por la familia Tijerino y la paz en Nicaragua.
ARRESTADO EN ALLANAMIENTO
El Padre Ramiro Tijerino fue arrestado el 19 de agosto, cuando la policía federal allanó las oficinas diocesanas del obispo de Matagalpa, al norte de Nicaragua. El Obispo Rolando Álvarez fue puesto bajo arresto domiciliario.
Otros detenidos en el allanamiento realizado en horas del amanecer fueron los Padres José Luis Díaz, Sadiel Eugarrios y Raúl González; los seminaristas Darvin
Leyva y Melquín Sequeira; y el camarógrafo Sergio Cárdenas, todos de la Diócesis de Matagalpa.
El Padre Ramiro y otros detenidos se encuentran entre los más de 100 presos políticos que ahora languidecen en la famosa prisión ‘El Chipote’ de Managua, después de una creciente represión a la Iglesia generada por el presidente Daniel Ortega.
El encarcelamiento y arresto del Obispo Álvarez, uno de los críticos más prominentes de Ortega que aún no está en la cárcel, ha provocado renovados llamados a la paz en el país centroamericano.
FAMILIA PREOCUPADA
Mayra y su familia, feligreses de la Iglesia San Mateo, saben exactamente por lo que el Padre Ramiro y los demás están pasando. Su hijo Manuel estuvo en la misma prisión en 2018. Después de ocho meses fue liberado de ‘El Chipote’, y la familia huyó a un lugar seguro en Estados Unidos.
Manuel recuerda que su pequeña celda no tenía “ventilación, ni electricidad, ni agua, ni baño. Veíamos la luz del día durante 10 minutos cada dos semanas”.
El Padre Ramiro, de 50 años, sufre de mala salud, y Mayra y su familia están preocupados por la falta de alimentos y medicinas para él en ‘El Chipote’.
Sin embargo, la familia sabe que su fe es fuerte.
“Dijeron que estaban dispuestos a morir por la libertad de Nicaragua”, señaló Mayra.
El Padre Ramiro se desempeña como rector de la Universidad Juan Pablo II en Managua. Él y sus hermanos sacerdotes, encabezados por el Obispo Álvarez, son ardientes defensores de los pobres y marginados de Nicaragua.
El Padre Ramiro trabaja con feligreses de bajos ingresos, ofreciendo Misa en capillas rurales y ministrando a los residentes locales, dijo Mayra.
“La gente es muy humilde, siempre está rezando”, añadió.
La policía nicaragüense dijo que el Obispo Álvarez está siendo investigado por “tratar de organizar grupos violentos, incitarlos a ejecutar actos de odio contra la población, provocar un ambiente de caos y desorden, perturbar la paz y armonía en la comunidad con el objetivo de desestabilizar al Estado nicaragüense y atacar a las autoridades constitucionales”.
El anuncio se produjo inmediatamente después que el Obispo Álvarez se opusiera tajantemente a que se ordenara el cierre de las estaciones de radio católicas en la Diócesis de Matagalpa. Los feligreses habían tratado de impedir que la policía confiscara los equipos.
El Cardenal Leopoldo Brenes de Managua visitó al Obispo Álvarez el 19 de agosto y lo describió como “físicamente deteriorado, pero espiritualmente fuerte”, según informó la conferencia episcopal nicaragüense. La declaración de los obispos fue moderada, una muestra de los riesgos de hablar en Nicaragua.
IGLESIA PERSEGUIDA
Ortega, quien ha estado en el poder durante 15 años, ha sido abiertamente hostil a la Iglesia.
El presidente nicaragüense ha llamado a los obispos “terroristas” y “demonios con sotanas”. Alegó que fueron parte de un intento de golpe de Estado para expulsarlo de su cargo en 2018 porque apoyaron manifestaciones antigubernamentales que su régimen reprimió brutalmente.
Desde que Ortega fue reelegido en 2018, en una votación ampliamente denunciada como amañada, los ataques contra la Iglesia se han intensificado. Se han prohibido los proyectos de caridad de la Iglesia, se ha arrestado o impedido que los sacerdotes celebren Misa y las Misioneras de la Caridad han sido expulsadas.
Los obispos nicaragüenses mediaron en un diálogo nacional en 2018 después de que estallaron las protestas. Sin embargo, las conversaciones se rompieron, ya que los obispos dijeron que veían poca buena voluntad del lado del gobierno.
El Obispo Álvarez participó en las conversaciones. En una entrevista con Catholic News Service realizada en 2021, defendió los diálogos, que dijo se llevaron a cabo en una “Nicaragua que estaba literalmente sangrando hasta la muerte, y era necesario que todas las partes directamente involucradas se sentaran y hablaran para hacer un esfuerzo por encontrar una solución”.
Sobre la Iglesia en Nicaragua desde 2018, dijo: “Hemos experimentado de primera mano lo que significa ser una Iglesia en éxodo, una Iglesia que deja sus parroquias, una Iglesia en la periferia que acompaña a los más vulnerables, a los más pobres, a los más sencillos, una Iglesia... que no solo hemos vivido conceptualmente, sino que la experimentamos”.
MISA OFRECIDA
El Padre Miguel Sánchez, quien ministra a la familia en la parroquia San Mateo, habló en su homilía de cómo fueron tratados los discípulos de Jesús.
“Seguirlo fue un desafío”, dijo el Padre Sánchez, y fueron llamados a su propio sacrificio. Sin embargo, los discípulos permanecieron incólumes, actuando con fe, esperanza y el deseo de difundir la Buena Nueva.
“La invitación de Nuestro Señor a seguirlo implica emprender un viaje que es difícil, que requiere que llevemos una vida siempre esforzándonos por hacer la voluntad de Dios”, dijo. “Incluso si esto implica luchar por nuestros derechos a profesar nuestra fe”.
Pidió para que la Misa y las oraciones continuas de todos lleven paz a todos los afectados por la injusticia, en Nicaragua y en todo el mundo.
“Elevamos nuestras voces por todos aquellos que han sido privados de su libertad debido al Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Pedimos a todos los gobiernos que respeten la libertad religiosa y la expresión de la fe de todos los cristianos del mundo”.
“Señor, te pedimos, trae paz a nuestros países, a nuestra gente, a nuestra comunidad y nuestras familias ¡Viva Cristo Rey!”, dijo.
El Padre John Allen, pastor de la Iglesia San Mateo, dijo que la Misa era una importante expresión de solidaridad con la Iglesia que sufre en Nicaragua.
“En tiempos de violencia, en tiempos de opresión y en tiempos de tristeza”, dijo el Padre Allen, “sacamos fuerzas del sacrificio Eucarístico de Nuestro Señor y de las oraciones de la gloriosa Virgen María bajo el título de ‘Purísima’ (‘María Purísima’), el título con el que es venerada con gran devoción en Nicaragua”.
La congregación pidió que, a través del Espíritu Santo y la intercesión de María, Ortega “libere inmediatamente a todos aquellos que están injustamente en cautiverio, y que un tiempo de paz, libertad religiosa y florecimiento humano para todos los hijos de Dios pronto regrese a ese hermoso país”.
Después de la Misa, la familia Tijerino expresó su gratitud por el apoyo recibido durante lo que ha sido un “momento difícil y desafiante”.
“Nos gustaría pedirles que mantengan a Nicaragua en sus oraciones”, dijo el esposo de Mayra, Jaime Meza, y pidió que oren especialmente por el Padre Ramiro, el Obispo Álvarez y todos los presos políticos del país.
LLAMADOS POR LA PAZ
Mientras tanto, el Papa Francisco sigue realizando llamados al diálogo. Durante su discurso del Ángelus del 21 de agosto, el Papa no mencionó específicamente el arresto del Obispo Álvarez, pero oró por la paz en Nicaragua a través de la intercesión de María.
“Me gustaría expresar mi convicción y esperanza que, a través de un diálogo abierto y sincero, todavía se puedan encontrar las bases para una coexistencia respetuosa y pacífica”, dijo. “Pidamos al Señor, por intercesión de la ‘Purísima’, para que inspire los corazones de todos con este deseo concreto”.
— Patricia L. Guilfoyle. Contribuyeron Catholic News Service y ACI Prensa