CIUDAD DEL VATICANO — En una ceremonia para crear 20 nuevos cardenales, el papa Francisco alentó al Colegio Cardenalicio a tener el mismo celo espiritual por todas las personas, ya sean personas que estén en posiciones de poder o cristianos comunes.
"Un cardenal ama a la iglesia, siempre con el mismo fuego espiritual, ya sea tratando las grandes cuestiones como ocupándose de las mas pequeñas; ya sea encontrándose con los grandes de este mundo como con los pequeños, que son grandes delante de Dios", afirmó el papa el 27 de agosto durante el consistorio, un servicio de oración en el que él personalmente dio la bienvenida a 20 eclesiásticos al Colegio Cardenalicio.
Los que tienen este celo apostólico están animados "por el fuego del Espíritu a ocuparse, con valentía, tanto de las cosas grandes como de las pequeñas", expresó.
Durante la ceremonia, cada uno de los nuevos cardenales, incluyendo el cardenal Robert W. McElroy de San Diego, California, profesaron su fe recitando el Credo y juraron formalmente fidelidad y obediencia al papa y a sus sucesores.
Luego se acercaron al Santo Padre, uno por uno, para recibir su birrete, su anillo cardenalicio, y la asignación de una iglesia "titular" en Roma, lo que los convierte en parte del clero romano.
En su homilía, el papa Francisco reflexionó sobre las palabras de Jesús a sus discípulos, en las que declaró: "He venido a echar fuego en la tierra, ¡y cómo quisiera que ya estuviera encendido!"
Centrándose en la imagen del fuego, el papa Francisco manifestó que la "llama del espíritu de Dios" representa su amor, "que purifica, regenera, y transfigura todo". También evoca el fuego de carbón hecho por Cristo resucitado para sus discípulos a lo largo de la orilla del Mar de Galilea.
"Ese fuego de las brasas es suave, oculto, pero dura más y se utiliza para cocinar. Y allí, en la orilla del lago, se crea un ambiente familiar donde los discípulos disfrutan, asombrados y conmovidos, de la intimidad con su Señor", acotó.
Las palabras de Jesús, el Sumo Pontífice prosiguió, son también emblemáticas de la "misión ardiente" encomendada a los cardenales recién creados.
Para aquellos "que en la iglesia han sido escogidos de entre el pueblo para un ministerio de servicio particular, es como si Jesús nos pasara una antorcha encendida y nos dijera: 'Tomen esto; como el Padre me ha enviado, así yo ahora los envío'", dijo el papa.
El fuego del amor divino de Dios es lo que inspira también a innumerables misioneros que "han conocido el gozo agotador y a la vez dulce de evangelizar, y cuyas vidas mismas se han convertido en evangelio, siendo ante todo testigos".
Recordando la vida de San Carlos de Foucauld, el papa elogió a aquellos cristianos, tanto consagrados como laicos, que viven en ambientes seculares, pero que son verdaderos testigos cristianos que mantienen viva la llama del amor de Dios a través de sus vidas y acciones.
El Santo Padre también citó el ejemplo del cardenal Agostino Casaroli, quien fue secretario de Estado del Vaticano de 1979 a 1990.
A pesar de sus responsabilidades, el papa dijo que el difunto cardenal encontraba tiempo para visitar a los jóvenes reclusos en una prisión juvenil en Roma.
Al concluir su homilía, el papa Francisco invitó a los cristianos a contemplar "el secreto del fuego de Dios, que desciende del cielo, iluminándolo de punta a punta, y que cocina lentamente la comida de las familias pobres, de los emigrantes, o de los sin techo".
"También hoy, Jesús quiere traer este fuego a la tierra. Quiere encenderlo de nuevo en las orillas de nuestra vida cotidiana. Jesús nos llama por nuestro nombre, nos mira a los ojos y nos pregunta: '¿Puedo contar contigo?'", dijo el papa.
El consistorio elevó a 226 el número total de cardenales en el mundo; 132 cardenales tienen menos de 80 años y son elegibles para votar en un cónclave.
Los 20 prelados que recibieron sus birretes rojos del papa fueron los cardenales:
-- Arthur Roche, 72, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
-- Lazarus You Heung-sik, 70, prefecto del Dicasterio para el Clero.
-- Fernando Vérgez Alzaga, 77, presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y presidente de la Oficina del Gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano.
-- Jean-Marc Aveline de Marsella, Francia, 63.
-- Peter Ebere Okpaleke de Ekwulobia, Nigeria, 59.
-- Leonardo Ulrich Steiner de Manaus, Brasil, 71.
-- Filipe Neri António Sebastião do Rosário Ferrão de Goa, India, 69.
-- Robert W. McElroy de San Diego, 68.
-- Virgílio do Carmo da Silva de Dili, Timor Oriental, 54.
-- Oscar Cantoni de Como, Italia, 71.
-- Anthony Poola de Hyderabad, India, 60.
-- Paulo Cezar Costa de Brasilia, Brasil, 54.
-- Richard Kuuia Baawobr de Wa, Ghana, 62.
-- William Goh Seng Chye de Singapur, 64.
-- Adalberto Martínez Flores de Asunción, Paraguay, 70.
-- Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulaanbaatar, Mongolia, 48.
-- Jorge Jiménez Carvajal de Cartagena, Colombia, 80.
-- Arzobispo Arrigo Miglio de Cagliari, Italia, 80.
-- Gianfranco Ghirlanda, profesor de derecho canónico, 80.
-- Fortunato Frezza, canónigo de la Basílica de San Pedro, 80.
— Junno Arocho Esteves,Catholic News Service