El Santo Padre nos ha pedido durante este Año Jubilar de la Misericordia a que reflexionemos en la misericordia de Dios, y que practiquemos la misericordia en nuestra vida diaria.
Nuestro Congreso Eucarístico este año nos ha dado la oportunidad perfecta de celebrar la misericordia de Dios como una familia diocesana.
Podemos decir que el acto de misericordia más grande en la historia de la humanidad se celebra en el Santo Sacrificio de la Misa. El acto más misericordioso en la historia del mundo es el sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús por nuestra salvación, y en todas las Misas ese mismo sacrificio de Jesús se ofrece otra vez. Dios Padre tuvo misericordia por toda la humanidad al enviarnos a Jesús, y por medio del sacrificio de Jesús, Dios en su misericordia nos salva de nuestros pecados y nos brinda una nueva vida en su Gracia Divina. El Sacrifico de la Eucaristía hace presente ante nosotros ese acto más misericordioso en la historia de la humanidad.
¿Por qué celebramos el Congreso Eucarístico? El propósito del Congreso Eucarístico es el de celebrar nuestra fe en la Verdadera Presencia de Jesucristo en la Sagrada Eucaristía, y afirma nuestra fe católica en su Verdadera Presencia. Una fe fuerte y genuina fe en la Eucaristía muestra una poderosa y vibrante Iglesia. Existe una importante conexión entre nuestra fe en la Eucaristía y la vitalidad de la Iglesia. El Papa Emérito Benedicto XVI escribió en una ocasión que mientras más viva se la fe en la Eucaristía del Pueblo de Dios, más profundamente el Pueblo de Dios participa en la vida de la Iglesia, y más se compromete con la misión de la Iglesia.
La fe eucarística del Pueblo de Dios es que Jesús verdadera y realmente esta substancialmente presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la Eucaristía, bajo la apariencia de pan y vino. Jesús es Nuestro Señor misericordioso. Jesús nos alimenta con su misericordia en la Eucaristía para que nosotros entonces podamos salir y alimentar a los demás con nuestra obras de misericordia. El Congreso Eucarístico sirve para profundizar nuestro asombro con la Verdadera Presencia de Nuestro Señor, y para que así profesemos nuestra fe y amor, y para que nos brinde la energía para las buenas obras de caridad y misericordia.
Este Congreso Eucarístico que acaba de terminar esta ahora en las manos del Espíritu Santo. El Espíritu Santo multiplicará de la manera que Él mejor disponga los frutos del Congreso en todas las parroquias y escuelas de la diócesis. A través de todos los feligreses que tuvieron la bendición de participar en el Congreso, el Espíritu Santo extenderá su bendición por toda la Diócesis de Charlotte. Que la misericordia de Dios Padre, y el amor de Jesús, el cual celebramos en cada Misa, continúe edificando la fe y la santidad de nuestras familias parroquiales y en toda nuestra familia diocesana.
El Obispo Peter J. Jugis es el Obispo de Charlotte