CHARLOTTE — El 6 de julio, el Padre Leo Tiburcio fue oficialmente instalado como pastor de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Charlotte, la parroquia que cuenta con la feligresía hispana más numerosa en la Diócesis de Charlotte.
El Padre Tiburcio, quien anteriormente se desempeñaba como vicario parroquial en esta misma iglesia, pertenece a la orden de la Congregación de la Misión, más conocida como Vicentinos, y fue ordenado el 1 de junio de 2019 por el sacerdote Vicentino Padre Alfonso Cabezas, Obispo Emérito de Villavicencio, Colombia, en el Santuario de la Medalla Milagrosa en Philadelphia, Pennsylvania.
El Padre Leo, como cariñosamente lo llaman los fieles, es una vocación local que fue guiada por el Padre Vicente Finnerty, quien fue pastor de la parroquia alrededor de dos décadas y dejó Charlotte en 2019.
Durante el rito de instalación, al inicio de la Misa, se dio lectura a la carta oficial de designación en la que el Reverendísimo Peter J. Jugis, Obispo de Charlotte, “en acuerdo con el Muy Reverendo Stephen M. Grozio, C.M., Provincial Superior de la Provincia del Este de la Congregación de la Misión”, señalaba al Padre Tiburcio como párroco desde el 4 de julio de 2021.
“Estoy agradecido por el buen trabajo pastoral y cuidado que ha dado a los feligreses durante su ministerio como vicario parroquial. Gracias por su celo en el servicio a Cristo y su Iglesia”, dijo.
Después, de rodillas ante el altar, el Padre Tiburcio hizo una profesión de fe, renovó su juramento de fidelidad a la Iglesia y se comprometió a ayudar “fielmente a los obispos diocesanos para que la acción apostólica que he de ejercer, en nombre y por mandato de la Iglesia, se realice siempre en comunión con ella”.
Posteriormente, y teniendo como testigo al Padre Hugo Medellín, vicario de la misma parroquia, y a un feligrés, firmó los documentos oficiales de nombramiento que le presentó el Obispo Jugis.
Bromeando sobre el tiempo que se tomaban los testigos y el Padre Tiburcio en firmar los documentos, el Obispo Jugis explicó que eran varias las copias de la profesión de fe y del juramento de fidelidad que se destinaban a diferentes oficinas de la parroquia y la diócesis, “por eso son muchas las firmas”, añadió sonriendo.
Luego, el Obispo Jugis leyó el documento oficial de instalación en inglés. Al finalizar dio un fuerte aplauso al flamante párroco, acto que fue imitado por la feligresía
GRAN RESPONSABILIDAD
Durante su homilía, el obispo resaltó la gran responsabilidad que le espera al Padre Leo. “Pero no está solo, porque tiene a su lado una multitud de ustedes, todos los parroquianos, que primordialmente rezan por él y también dan su ayuda para que juntos, como una parroquia, una sola familia, evangelizar y anunciar la Buena Nueva a todo el pueblo”, subrayó.
Siguiendo con el rito, el Obispo Jugis, en compañía del P. Hugo Medellín, mostró al Padre Tiburcio los puntos más importantes de la iglesia, dándole recomendaciones para el buen cumplimiento de su labor como párroco.
“Usted Padre Leo, ya tiene las llaves de esta iglesia como signo de autoridad. Cuide de abrirla oportunamente para que los fieles puedan acudir a celebrar los misterios cristianos y a orar en la presencia del Señor que está siempre aquí”, le dijo el obispo en la puerta del templo.
Frente a la pila bautismal, a la que definió como “la fuente de la vida que emana del costado de Cristo y limpia los pecados del mundo”, el obispo dijo que ahí el Padre
Tiburcio “hará renacer, por el agua y el Espíritu Santo, tanto a los niños que le presenten los padres cristianos como los adultos que se conviertan a la fe”.
En el confesionario, que se encuentra dentro de la oficina parroquial, el obispo dijo que su ministerio “realizará maravillas en los corazones arrepentidos”, por lo que debe cuidar de “reconciliar con Dios a los fieles que, después del bautismo, hayan recaído en el pecado y a aquellos que acudan a ti deseando convertirse más plenamente a Dios. Este es el trono de la gracia para alcanzar misericordia”.
Ya en el Sagrario, “preparado para preservar el cuerpo y la sangre santísimos de Jesucristo”, el obispo pidió que se “cuide de llevar la Eucaristía a los moribundos y a los demás enfermos”, así como que sea “asiduo en adorar el Santísimo Sacramento del altar” y que enseñe a los fieles a que constantemente visiten a Nuestro Señor Jesucristo.
Retornando al altar, el obispo pidió que “como cooperador de tu obispo, ocupando esta sede y siendo imagen de Jesucristo”, predique el Evangelio y presida la oración de la Iglesia que se reúne en esta parroquia.
En la mesa del Señor, le indicó debe congregar “a los hijos de la Iglesia”, y en nombre de Jesucristo presidir “la Eucaristía para que tus fieles puedan unirse al sacrificio de Cristo y participen así de la Cena del Señor”.
“De esta manera, el Padre Leo Tiburcio Ordaz queda jurídica y litúrgicamente constituido párroco. Le brindamos un fuerte aplauso y le deseamos que la gracia y el espíritu le ayuden”, dijo la lectora oficial, tras lo cual nuevamente la feligresía estalló en aplausos.
Al término de la Misa, el Padre Tiburcio agradeció la presencia del Obispo Jugis, de la feligresía, sus padres, hermanos y familiares en la celebración. Citando las palabras del obispo, dijo que fieles y sacerdotes “caminamos juntos en la fe, no hay nadie delante sino que todos vamos unidos hacia un mismo lugar, hacia Nuestro Señor Jesucristo”, “y de mi parte, y el Padre Hugo, estamos aquí para servirles. Cuenten con nuestras oraciones y, por favor, oren por nosotros para que sigamos fieles a lo que es el ministerio y a lo que hoy acabamos de profesar”. “Que el Señor los bendiga”, finalizó.
— César hurtado, Reportero
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Padre Leo Tiburcio
Nació en 1978 en Santa María Zacatepec, Cholula, Puebla, México.
Tercero de nueve hijos de Felipe Tiburcio y Herlinda Ordaz.
Emigró en 1994 a Nueva York, donde por más de seis años trabajó en restaurantes.
En 2001 viajó a Atlanta, donde continuó su trabajo en las actividades de la industria restaurantera. A finales de 2004 pidió su traslado a Charlotte y, buscando una iglesia donde congregarse, comenzó a asistir a Nuestra Señora de Guadalupe.
Ingresó en 2005 a la casa de discernimiento parroquial, invitado por el Padre Vicente Finnerty, después de inicialmente descartar la propuesta.
Tras una breve pausa y completar sus estudios de GED, decidió seguir la vocación de servicio sacerdotal y asistir al Seminario Menor en Nueva York.
En 2014 se trasladó a Filadelfia donde concluyó sus estudios y pronunció sus votos temporales.
En 2018 ofreció sus votos perpetuos y fue ordenado diácono.
El 1 de junio de 2019, fue ordenado sacerdote.
El domingo 2 de junio de 2019 celebró su primera Misa en la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, en compañía de otros sacerdotes de su congregación.
Posteriormente fue nombrado vicario parroquial.
Ante el anuncio de la partida del Padre Gregorio Gay, fue nombrado párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe por el Reverendísimo Peter J. Jugis, Obispo de Charlotte.