CHARLOTTE — “Debemos de estar atentos y no dejarnos llevar solamente por lo que nos dicen los medios de comunicación”, afirmó el Padre Julio Domínguez, director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte, al referirse a la respuesta del Santo Padre con la exhortación apostólica ‘Querida Amazonía’, tras la realización de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica que se llevó a cabo del 6 al 27 octubre de 2019 en Roma.
En el documento postsinodal, precisa el sacerdote, “el Santo Padre no indica que va a cambiar (la Iglesia) y ordenar sacerdotisas y todo lo demás”. “No, lo que dijo el Papa Francisco es bien claro, es decir, sigue lo mismo, hombres ordenados, diáconos permanentes, religiosas que pueden ayudar y el papel fundamental de la mujer en la Amazonía”, precisó.
En el punto 111 del Documento Final del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía se proponía “establecer criterios y disposiciones de parte de la autoridad competente, en el marco de la Lumen Gentium 26, de ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado permanente fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana mediante la predicación de la Palabra y la celebración de los Sacramentos en las zonas más remotas de la región amazónica”.
Sin embargo, el Pontífice, en el punto 87 de ‘Querida Amazonía’, señala que “ese carácter exclusivo recibido en el Orden” capacita sólo al sacerdote “para presidir la Eucaristía”. Y subraya que “esa es su función específica, principal e indelegable”.
CONVOCATORIA PAPAL
En octubre de 2017, el Papa Francisco convocó una Asamblea Sinodal Especial sobre la Panamazonía, con el objetivo de “encontrar nuevos caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, sobre todo de los indígenas, muchas veces olvidados y sin una perspectiva de un futuro sereno, también por la causa de la crisis de la foresta amazónica, pulmón de fundamental importancia para nuestro planeta”.
La Panamazonía está formada por territorios independientes de nueve países: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Surinam, Guyana y Guyana Francesa. Esta región es el mayor pulmón de oxígeno de la Tierra. Con más de un tercio de las reservas forestales del mundo, es una de las mayores reservas de biodiversidad que contiene un quinto del agua dulce del planeta.
La población de la Panamazonía se calcula en 34 millones de habitantes. De ellos más de tres millones son indígenas de 390 grupos étnicos que viven en una relación íntima con lo que la Tierra les ofrece.
LOS SUEÑOS DEL PAPA
El P. Domínguez señaló que el documento papal está dividido en cuatro grandes “sueños” que el Pontífice tiene para la región sudamericana. “A saber, un sueño social, un sueño cultural, un sueño ecológico y un sueño eclesial”.
En el sueño social, se proyecta una Amazonía que integre y promueva a todos sus habitantes para que puedan llevar una vida digna. La industrialización alentada por la corrupción “que envenena al Estado”, denuncia el documento, ha ido expulsando y acorralando a los pueblos indígenas que sufren desarraigo y la confusión de sus valores tradicionales.
El sueño cultural, por su parte, destaca la preservación de la riqueza cultural de esos grupos étnicos y habla de un “encuentro intercultural” en el que la diversidad no se convierte en “una frontera”, sino en “un puente” que incorpora los derechos de los pueblos.
De otro lado, el sueño ecológico destaca la sabiduría y el respeto de la creación por parte de los pueblos originarios que “no solo la utilizan” sino que encuentran en ella “un lugar teológico, un lugar donde Dios mismo se muestra y convoca a sus hijos”.
Finalmente, el sueño eclesial ve una tarea misionera con el compromiso de sus propias comunidades cristianas que desarrollen una Iglesia “con rostro amazónico”.
TESTIMONIO
El Padre Domínguez señaló que, gracias a una invitación, pudo visitar hace algunos años la región amazónica de Perú y apreciar directamente una realidad completamente diferente a la que vivimos en Estados Unidos.
“No llegamos como simples turistas, sino a visitar diferentes comunidades. Vimos también lugares turísticos, pero cuando llegamos más adentro nos dimos cuenta de las condiciones más precarias”, afirmó.
Advertidos de los peligros, el grupo fue vacunado y llevó medicinas, cremas para evitar picaduras de insectos y pastillas para potabilizar el agua.
“Nosotros tenemos un concepto de evangelización fácil, cómodo, y no nos damos cuenta de lo que pasa en los lugares de misión. Por ejemplo, para llegar al punto más remoto de evangelización, entre lancha y caminata, se tomaba entre diez y quince días”, dependiendo del clima, añadió.
Lo sorprendente, relata el Padre Domínguez, es que cuando llegaban a una comunidad, “aun cuando la gente se notaba pobre, era una gran alegría”. Y su relación con el medioambiente “era bastante Bella, pues viven de lo que les proveen los ríos y la tierra”.
“Podría decir que hay pobreza, pues acá vemos nosotros la riqueza de otro modo, pero hay mucha riqueza para ellos en el sentido natural”.
Finalmente, el Padre Domínguez hizo notar que es visible la falta de sacerdotes y gente que ayude en la región, por lo que se entiende “el grito de los obispos y del Santo Padre a toda la Iglesia para proveer ayuda espiritual para allá”.
En el punto 63 de su exhortación, el Papa Francisco afirma que “la auténtica opción por los más pobres y olvidados, al mismo tiempo que nos mueve a liberarlos de la miseria material y a defender sus derechos, implica proponerles la amistad con el Señor que los promueve y dignifica. Sería triste que reciban de nosotros un código de doctrinas o un imperativo moral, pero no el gran anuncio salvífico, ese grito misionero que apunta al corazón y da sentido a todo lo demás”.
— César Hurtado, Reportero hispano.
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En www.catholicnewsherald.com/espanol: Lea el texto completo de la exhortación apostólica ‘Querida Amazonía’