CHARLOTTE — Con gran pena, pero también alegría por las muestras de cariño recibidas de la feligresía, el Padre Fidel Melo, director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte, se despidió de la parroquia San Gabriel, que lo acogió durante los últimos años, durante la celebración de la Misa en español del domingo 26 de enero.
“Todavía estaré unos días más, luego por una semana asistiré en una parroquia que me ha pedido ayuda y luego partiré por solo doce mesecitos”, dijo el sacerdote.
Al término de la Misa, el Padre Fidel bromeó con los asistentes. Recordó que llegó en 1991 a Carolina del Norte a cuidar y entrenar caballos de paso fino. “Por eso siempre les pido perdón a mis hermanos. Por si en algún momento los trato mal, por favor, recuerden que he estado acostumbrado a tratar con animalitos”.
Luego dijo que alguna vez escuchó explicar de un sacerdote que ellos (los sacerdotes) son como un tubo. “Puede haber tubos de muchos materiales, de plástico, de aluminio, de hierro y hasta de carrizo, pero el agua que corre por ellos es siempre agua, su esencia no cambia. Es decir, la palabra de Dios siempre es la misma”.
Inmediatamente añadió que ello implica que todos los “curitas somos distintos”, lo que no quiere decir que “uno sea mejor o peor que el otro”.
“No vaya a ser que sean como el ‘padre anestesia’, como el Padre Fidel, que cuando se pone a predicar los fieles empiezan a roncar”, dijo sonriente.
La Sra. Aura María Gavilán Posse, pionera de la radio en español en la Ciudad Reina, se acercó al ambón y dirigió unas breves palabras de reconocimiento al Padre Fidel, a quien conoció, dijo, “cuando era un adolescente recién llegado a las Carolinas”.
“Los sacerdotes que hablaban español nos visitaban por poco tiempo. El Padre Fidel inició sus estudios como seminarista para la Diócesis de Charlotte, se formó para servir a nuestra comunidad. Mucha gente no valora, porque no conoce, el trabajo del Padre Fidel. A él mis respetos, mi admiración”.
El Padre Fidel Melo ha solicitado un año sabático que dedicará al cuidado de su padre, reflexión, aprendizaje de un idioma vernacular mexicano y descanso.
El pasado sábado 25, la comunidad le deseó muchas felicidades y un pronto retorno durante una cena que le ofrecieron en la cafetería de la escuela San Gabriel.
César Hurtado, reportero
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