WASHINGTON D.C — Durante una Misa celebrada el viernes 24 de enero en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, centenares de fieles de las Diócesis de Charlotte y Raleigh agradecieron a Dios por el regalo de la Vida Humana.
El Reverendísimo Luis Zarama, Obispo de Raleigh, fue el celebrante principal, mientras que el Padre Patrick Winslow, Vicario General y Canciller de la Diócesis de Charlotte, dio la homilía en reemplazo del Obispo Peter Jugis, quien se encontraba enfermo.
TODOS LOS AÑOS
“La gente de Carolina del Norte viene aquí cada año”, dijo el Padre Winslow dirigiéndose a los fieles. “Venimos para unirnos con personas de todo el país, otros católicos, cristianos, personas de fe, personas de buena voluntad y otras, simplemente de buena razón, para dar testimonio de la dignidad de la vida”.
Participar en la Marcha por la Vida “es más que levantar la voz” en oposición a la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos en Roe versus Wade que legalizó el aborto en 1973, anotó.
“Lo que es más importante, esperamos que nadie quiera o desee un aborto. Más que el cambio de ley, queremos el cambio en corazones y mentes”.
Luego resaltó que la reducción del número de abortos y el aumento del número de centros de apoyo para el embarazo es fruto de “tus oraciones, testimonio y trabajo”.
Animó a que se discuta con familias y amigos el tema del aborto, un tema difícil con ángulos
sociales, legales, médicos, morales y espirituales.
Desde un punto de vista social, dijo, el aborto es muestra del colapso en la sociedad en el que hombres y mujeres están envueltos.
Legalmente, añadió, reconociendo que no apoya la excesiva intervención de los gobiernos, “el estado tiene la obligación de proteger a los inocentes”.
La tecnología, desde una mirada médica, nos permite ver el proceso de desarrollo de la vida humana en el vientre materno. Estos avances “son muy informativos, y cada vez hacen más difícil creer algo diferente al hecho real de que se trata de una vida humana”.
En lo moral fue enfático al afirmar que “no se requiere fe para ver el problema, para ver lo correcto de lo incorrecto. Las personas con buenas razones pueden ver claramente lo correcto y justo que hacer”.
Respecto al aspecto espiritual, explicó que las personas, especialmente en este caso mujeres, que atraviesan una situación traumática y difícil, se les hace fácil creer una mentira. Una mentira es seductora. “Y hay un padre de las mentiras que está dispuesto a susurrarte al oído en estas situaciones difíciles: ‘no tiene que ser así’, ‘tu puedes retroceder el tiempo’, ‘puedes deshacer esto’. ¿Cuántos de nosotros conocemos a estas personas que han aceptado esta mentira? El padre de las mentiras, una fuerza oscura que se opone a la verdad”.
“Pero tú, nosotros, todos nosotros, estamos aquí para orar, para dar testimonio y para proclamar la verdad sobre y contra esas mentiras, para hacer brillar la luz donde hay oscuridad. Así estamos cumpliendo nuestro discipulado, estamos trayendo la luz de Cristo con más brillo a este mundo para aquellos, que ahora y en el futuro, la necesitan desesperadamente”.
PEREGRINOS
Freddy García, integrante de RICA en la parroquia San Luis Gonzaga de Hickory, llegó en peregrinación acompañado de su familia como parte integrante de un grupo de aproximadamente cien personas guiadas por el Padre Nohé Torres, vicario parroquial de esa iglesia.
Ellos partieron desde Hickory el jueves 23 por la mañana y pernoctaron en el gimnasio de la escuela católica Reina de los Apóstoles en Alexandria, Virginia.
Con bolsas de dormir y comida que prepararon antes de salir pasaron la noche y celebraron la Santa Misa y una Hora Santa.
“Hoy, desde muy temprano nos preparamos unos sánguches para el mediodía de hoy. Venimos a peregrinar al Santuario y terminando la Misa nos incorporaremos a la marcha para luego retornar a casa”.
El tema del aborto afecta sensiblemente a Freddy. “Tengo un hermano que no puede tener hijos. En tres intentos se le han muerto los hijos. Y hay mucha gente que no respeta, que no tiene conciencia de ese sentido”. Por ello, añadió, es parte de un grupo que “ha dejado el trabajo, a sus familiares encargados para poder venir” a esta tarea que “tenemos que hacer nosotros en esta nación”.
Después de que concluyó la misa, la gente se unió a la Marcha nacional por la vida en el centro comercial para rezar frente al edificio de la Corte Suprema de Estados Unidos. Allí se congregaron algunos de los feligreses de Carolina del Norte a rezar el Santo Rosario que condujo el Padre Patrick Winslow.
— César Hurtado, Reportero hispano
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