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Catholic News Herald

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080219 fr rKANNAPOLIS — La comunidad hispana de la parroquia San José en Kannapolis tributó una emotiva despedida a su pastor, Padre Álvaro Riquelme, quien sirvió a esa iglesia por 17 años ininterrumpidos.

El agasajo tuvo lugar casi al término de la Misa del mediodía del domingo 28 de julio, última eucaristía que ofició el Padre Riquelme, también la última en español a esa hora del domingo ya que, según anunció, el nuevo horario de la Misa dominical en español será de 10:30 de la mañana.

No quedó un solo espacio libre en las bancas de la iglesia, abarrotada de fieles que esperaban escuchar las palabras de despedida de su pastor.

Antes de iniciar su homilía, el Padre Riquelme recordó con emoción su llegada a Kannapolis, para luego anunciar -con pena por despedirse de una comunidad que “le dió todo, en especial sus oraciones”, y con alegría por haber sido destinado a una parroquia en la que espera contar con una feligresía como la de San José- su traslado a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Newton Grove, Carolina del Norte.

Luego, dedicó los siguientes minutos a explicar el significado del Padrenuestro, de acuerdo a la lectura del Evangelio del día, Lucas 11, 1-13.

Refiriéndose a ella dijo que “es una oración que contiene un tesoro grande y es perfecta porque quien nos la enseñó es Jesús, Rey de Reyes y Señor de Señores”. Pero, a veces la rezamos ‘a la carrera’, sin saber siquiera lo que estamos diciendo. “Hay que decirla y rezarla porque es maravillosa”, subrayó.

Al llegar al punto de “Hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo”, explicó que “la voluntad de Dios es maravillosa” y hay que obedecerla, “como sus ovejas”.

Refiriéndose a la voluntad divina, añadió que “ya no me toca más solo despedirme de ustedes como párroco, en este día, en la última Misa. Si Dios me permite, más adelante daré una visita por aquí y, a lo mejor, me permite el nuevo párroco dar una Misa”.

Por ahora, dijo, se marcha el martes 30 por carretera, “con todas mis cosas, mi guitarra, mi amplificador y mis recuerdos”.

Luego agradeció a todos los fieles, miembros de todos los ministerios, quienes dijo lo “han hecho muy “feliz, feliz, feliz, feliz”, por lo que les dio “muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas gracias”, porque el Señor “me ha bendecido a través de ustedes y sus oraciones”.

Finalmente, agregó que el deseo que su feligresía conozca al Señor de una “manera personal e íntima” se ha cumplido, y eso se puede observar a través de la inmensa participación de los fieles en los muchos retiros y ministerios que acoge la parroquia.

Al término de la Misa se le ofrecieron cantos y un conmovedor poema. Luego se realizó un convivio en el salón parroquial.

Leticia Juandiego, parroquiana por veinte años en San José, dijo recordar muy bien la llegada del Padre Riquelme y, con él, el crecimiento de la comunidad latina en la parroquia. “Es muy buena gente, le gusta ayudar a los parroquianos, muy bueno en todo lo que ha hecho. Lamentablemente pues se nos va. Después de tanto tiempo pensábamos que se iba a quedar más tiempo pero han decidido cambiarlo y estoy segura que a donde vaya va a hacer lo mejor que pueda”, señaló conmovida.

Al Padre Álvaro Riquelme lo sucederá el Padre Fabio Marín, quien actualmente sirve en la parroquia San James the Greater en Concord.

— César Hurtado, Reportero hispano