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Catholic News Herald

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CHARLOTTE — Las últimas cifras muestran que la Diócesis de Charlotte ha alcanzado 77.000 familias registradas y tres de las hoy más grandes parroquias ni siquiera existían cuando la diócesis fue fundada.

En 1972, cuando la Diócesis de Charlotte fue separada de la Diócesis de Raleigh, existía un estimado de 34.208 católicos en 74 parroquias y misiones. Hoy, la Diócesis de Charlotte acoge a más de 77.445 familias registradas, haciendo un total de al menos 220.000 personas en 92 parroquias y misiones, de acuerdo a datos recogidos por la Oficina Diocesana de Desarrollo y Planeamiento

Al 1 de enero, las cinco parroquias con mayor población son San Mateo en Charlotte (10,453 familias registradas); San Marcos en Huntersville (5,496 familias registradas); Santa Teresa en Mooresville (4,059 familias registradas); San Gabriel en Charlotte (3,361 familias registradas); y Nuestra Señora de Guadalupe en Charlotte (3,247 familias registradas).

El Ministerio Hispano de la diócesis comenzó con raíces humildes a fines de la década de 1980, y más tarde desarrolló un Centro Hispano en Charlotte, el que ahora se ha convertido en la quinta parroquia más grande de la diócesis: la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe.

El Padre Vicentino Gregorio Gay, quien sirve como vicario parroquial desde diciembre de 2016, asegura que el edificio de la iglesia está al máximo de su capacidad.

“Desde que he estado aquí, he notado el incremento en el número de participantes en nuestras Misas dominicales y de semana”, dijo. “Actualmente la gente ocupa los pasillos y la entrada para atender Misa. Durante las misas de semana hemos trasladado la Eucaristía desde la pequeña capilla al salón principal multipropósito. También hemos expandido nuestra área de estacionamiento para acomodar más vehículos”.

La parroquia ha renovado la casa de los ministerios de servicios sociales creando un mayor espacio para la despensa de alimentos, servicios médicos y reuniones comunitarias como de Alcohólicos Anónimos y clases de español.

La parroquia ha crecido de dos a tres sacerdotes, ha añadido personal administrativo y expandido la oficina pastoral. Un aspecto positivo de todo este crecimiento, dice el padre Gay, es que el número de participantes en las clases de formación de la fe ha aumentado.

“Hemos respondido a este crecimiento aumentando un día extra al programa regular de cinco días”, anotó. “El número de adultos en las clases también ha crecido y ahora tenemos tres grupos diferentes en vez de dos, asegurando la posibilidad que las personas puedan completar sus sacramentos.
Todos esos programas requieren de voluntarios. “Tenemos un movimiento de Renovación Carismática muy acti-vo, el Movimiento de los Hijos e Hijas de María, el Movimiento Emaús, entre otros grupos, que proveen de un número adecuado de voluntarios”, añadió el Padre Gay.
— SueAnn Howell, reportera senior