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Catholic News Herald

Serving Christ and Connecting Catholics in Western North Carolina
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HICKORY — “Somos el cuerpo de Cristo. We are the body of Christ. Hemos oído el llamado; we’ve an-swered ‘yes’ to the call of the Lord”.

070618 lay ministry2Ese verso del himno de despedida ‘Somos el Cuerpo de Cristo / We are the body of Christ’ resumió la celebración de fin de curso de 80 graduados del programa de formación del Ministerio Laico de la Diócesis de Charlotte el pasado 30 de junio.
La fecha fue la culminación de un periodo de dos años para los graduados, a quienes se unieron más de cien amigos y familiares en el Centro de Conferencias Católico para la celebración de la Santa Misa y su compromiso.
A través de este programa de formación, los laicos aprenden más sobre la fe para poder cumplir mejor su llamado bautismal de participar en la misión de la Iglesia de difundir el mensaje del Evan-gelio. Se enfoca en cuatro áreas de formación: humana, espiritual, intelectual y pastoral. El programa consta de 150 horas de clase, desde las Escrituras, la historia y concilios de la Iglesia, Cristología, litur-gia y sacramentos, hasta las enseñanzas morales y sociales católicas, la oración y el discernimiento de los dones.
La celebración de este año contó con graduados del nuevo programa de ministerio laico en español de la diócesis, proyecto que se probó originalmente en 2008 y se estableció en Charlotte en 2016.
Para todos los que completaron el programa, el 30 de junio fue un día de celebración y cuestiona-miento sobre dónde los guiará Dios en sus próximos pasos. Los graduados estuvieron de acuerdo que los últimos dos años de estudio valieron la pena porque aprendieron más de su fe católica de lo que esperaban.
Adquirir un mayor conocimiento de su fe católica fue lo que motivó a Lourdes Báez, parroquiana de San John Neumann, a inscribirse en el programa de formación del ministerio laico.
“Siendo servidora en mi parroquia, quería saber cómo aportar con mi servicio, entregando lo mejor de mí al Señor, y así ofrecer los talentos que Él me ha dado para seguir construyendo una comunidad eclesial cada día mejor”.
Báez destaca el beneficio personal que le ha proporcionado conocer La Liturgia de Las Horas, que con-sidera el encuentro personal con Cristo Jesús, y que la lleva a una interiorización como nunca antes había experimentado, “ni en ningún retiro anterior”.
Blanca Leticia Díaz decidió participar en el programa “para conocer más sobre la religión católica y la Biblia”, con el interés de “llevar a lo aprendido a personas que no conocen todavía sobre la Iglesia y La Palabra de Dios”. “Aprendí cosas muy bonitas que no sabía”, añadió, agradeciendo a todos los instruc-tores que “nos enseñaron muchas cosas”.
“Lo más sorprendente fue lo mucho que aprendí de mis compañeros de clase”, dijo Robert McCarson, miembro de la Iglesia del Sagrado Corazón en Brevard. “Todos venimos a la Iglesia con diferentes ex-periencias y conocimientos, y encontré que nuestras discusiones fueron muy enriquecedoras. El des-cubrimiento más profundo que hice fue cuando uno de mis compañeros de clase, David Mayeux, dijo que todo cambió para él cuando leyó el párrafo 460 del Catecismo y todos preguntaron: ‘¿cuál es el párrafo 460?’. Dios se hizo hombre para que el hombre fuera semejante a Él, dijo. Ese es nuestro de-safío. Eso cristaliza el llamado a la santidad y es por eso que creo que todos los adultos deben tomar las clases del ministerio de laico, ya sea que planeen o no ser ministros laicos. Ser un católico bien formado es un paso importante en el camino hacia la santidad”.
McCarson había comenzado el programa de Ministerio Laico porque es un requisito preliminar para el programa de diaconado permanente pero, a pesar de que no pudo concretar su esperanza de unirse al programa de aspirantes al programa de diaconado de la diócesis, decidió completar el programa de ministerio laico de todos modos.
“Creo que es importante para nosotros estar siempre en el proceso de formación de nuestra fe, y confío en la voluntad de Dios para llevarme al lugar correcto”, dijo.
Monseñor Mauricio West, vicario general diocesano y canciller, fue el celebrante de la Misa y entregó a los graduados sus certificados.
En su homilía bilingüe, Monseñor West describió la técnica afroamericana de predicación conocida como “llamada y respuesta”, una forma de diálogo en la que el predicador habla y los feligreses re-sponden.
“Emplear el llamado y la respuesta alienta a la congregación a no ser pasiva, sino a involucrarse mu-cho más profundamente en la liturgia o la experiencia de adoración”, dijo. “Al hacerlo, la comunidad de creyentes ve más fácilmente la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo, Nuestro Señor y Salvador, y profundiza su conciencia de lo que Dios quiere que hagan con todos los dones que Él les ha dado. La congregación debe tomar una decisión: ¿qué voy a hacer en respuesta al llamado del Evangelio?”
Del mismo modo, los graduados del ministerio laico han escuchado un llamado del Señor y han re-spondido y continuarán respondiendo, dijo.
— Patricia Guilfoyle, Editora

Nuevo curso por empezar
El Programa de Formación del Ministerio Laico 2018-2020 comienza en septiembre, con las clases pro-gramadas en Charlotte y otros posibles lugares. Cualquier adulto católico interesado puede inscribirse. Para más detalles, contáctese con Frank Villaronga, director de la Oficina Diocesana de Evangelización y Educación de Adultos, al 704-370-3274 o This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..