MAGGIE VALLEY — Nueve hombres se integraron al Cursillo de Cristiandad Hispano de la Diócesis de Charlotte el pasado domingo 14 de julio, al término del retiro de invitación a nuevos miembros que se realizó del desde el miércoles 10 en el Centro de reflexión católica Living Waters localizado en Maggie Valley.
“Este año tocó a las montañas acoger el retiro anual”, dijo el Diácono Sigfrido Della Valle, director espiritual del Cursillo Hispano diocesano.
En el encuentro de invitación a miembros nuevos, explicó el Diácono Della Valle, un ‘padrino’ lleva a una persona, la invita para que se una al grupo. La persona invitada es acogida, pero puede o no unirse al movimiento. “Esto, al igual que otros movimientos, no es para todos. Algunos se quedan y otros deciden permanecer en su vida regular. Es buscar un amigo y llevarlo a Cristo”, dijo.
También precisó que en ellos participan solo católicos ya integrados a la vida de la Iglesia. “No es abierto a la periferia como son los retiros de evangelización o, como por ejemplo Emaús, aunque los participantes no necesariamente tienen que estar sirviendo”.
En el retiro se reciben charlas y testimonios, llamadas por el movimiento apostólico ‘rollos’, que apuntan a que el participante se enamore más de Cristo y se comprometa al servicio en la parroquia.
Participación masculina
El Diácono Della Valle se mostró sorprendido por la baja participación masculina. “Fueron nueve hombres. Quizás la fecha en julio, el verano, no lo sé, hizo que bajara el número regular. Normalmente tenemos un número mayor”, dijo.
En contraste, del 17 al 21 se realiza en el mismo lugar un retiro de damas con 30 mujeres. Al parecer, es mucho más difícil comprometer a los hombres en la vida espiritual.
“Creo que la mujer es mucho más abierta a la espiritualidad. Quizás por ello Dios les hablaba más directamente a las mujeres. En cambio, a los hombres, a la mayoría de ellos en la Biblia les hablaba en sueños. Los hombres somos más asentados en la tierra. La responsabilidad de proveer, de ser ganadores del pan, un poco que nos roba el espíritu. El hecho de que las mujeres sean procreadoras, la dimensión de poder ser madres, de llevar una criatura dentro de ellas, las acerca más a Dios, las hace más espirituales”, explicó Della Valle.
¿Qué es el Cursillo?
El Cursillo de Cristiandad tuvo sus inicios en los años 50 en España, cuando un grupo de hombres se dedicaron a dar a conocer a Cristo a los jóvenes. La palabra ‘Cursillo’, en español, como sabemos, significa un curso pequeño, breve, y se asocia con el fin de semana en el que se invita a los participantes a tener un encuentro personal con Dios.
En la Diócesis de Charlotte, particularmente en la comunidad hispana, el movimiento cursillista se expandió rápidamente desde 2011, cuando un grupo de hombres interesados participó en un encuentro de tres días organizado por la Diócesis de Raleigh, aunque mucho antes este movimiento ya se había instalado y desarrollado en nuestro propio territorio.
La primera promoción de diáconos latinos, ordenados el 1 de julio de 1995 por el entonces Obispo William G. Curlin, contó con la presencia de los Diáconos Carlos Medina y Rafael Torres, ambos formados en el movimiento del Cursillo de Cristiandad.
Próximas actividades
El 10 de agosto se tiene previsto llevar a cabo una ultreya de bienvenida a los nuevos miembros en el Centro de Convenciones de Hickory. “Una ultreya es una cita donde se reúne toda la gente, se dan testimonio y se comparte a nivel diocesano por lo menos una vez al año”, aclaró el Diácono Della Valle.
Para la estación de otoño, se tiene prevista la realización de un “Cursillo de cursillos”, un taller de especialización y profundización de temas que se llevará a cabo en la Iglesia Inmaculada Concepción, en Hendersonville.
Más online:
En charlottediocese.org/espanol/grupos-apostolicos/: encontrará más información y contacto con los grupos apostólicos diocesanos, entre ellos el Cursillo de Cristiandad.
-César Hurtado