Los católicos iniciamos la Cuaresma esta semana con el Miércoles de Ceniza, el inicio de un viaje de 40 días de oración, ayuno y caridad. El tiempo de Cuaresma recuerda la temporada que Jesús pasó en el desierto, donde oró y ayunó durante 40 días antes de su muerte. Es un tiempo penitencial para acercarte a Jesús y prepararte para celebrar Su resurrección en la Pascua, el día más maravilloso del año para los cristianos.
Este año, aprovecha al máximo tu camino encontrando formas creativas y significativas de orar, ayunar y ser caritativo. Para la Pascua, te sentirás rejuvenecido en mente, cuerpo y espíritu, listo para saludar al Señor Resucitado. Aquí te ofrecemos algunas ideas:
ORACIÓN
Cuando oramos, elevamos nuestros corazones y mentes a Dios, para alabarlo y agradecerle, pedirle misericordia y perdón, y buscar Su guía y bendición. Podemos fortalecer nuestra vida de oración recordando por qué oramos: para permanecer cerca de Dios y profundizar nuestra relación con Él.
Da gracias. Una simple oración de "gracias" cuando vas a dormir o despiertas te mantiene conectado con nuestro Creador y con todas las gracias que Él otorga diariamente. Aprecia esas bendiciones, deléitate en el amor y misericordia ilimitada de Dios. ¿No sabes por dónde empezar? Sitios web como Pray.com, Hallow.com o PrayMoreNovenas.com ofrecen opciones inspiradoras.
Camina con Jesús. El Vía Crucis es una devoción católica de 14 pasos que conmemora los últimos momentos antes de la muerte de Jesús. La mayoría de las iglesias católicas tienen las estaciones donde puedes orar y seguir el camino de Jesús, o puedes encontrar versiones online. Escoge una y mientras te mueves de estación en estación mientras oras, imagínate a ti mismo en la escena con Jesús.
Tranquilízate. La vida es ajetreada, ruidosa y caótica. Tómate un tiempo en esta Cuaresma para encontrar a Dios en el silencio. Pasa momentos tranquilos en presencia de Jesús en la iglesia, durante la Adoración Eucarística o después de la Misa. Medita en un versículo de las Escrituras o en una obra de arte sagrado. Camina rezando en silencio el rosario o repitiendo la oración de Jesús: "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador."
Confiésate. La confesión es buena para el alma. Todos somos pecadores necesitados de misericordia, así que únete a la fila en el confesionario. Sé sincero contigo mismo, reconoce lo que está agobiando tu conciencia y pide consejo al sacerdote sobre cómo hacerlo mejor. Escucha las palabras sanadoras de absolución: "Dios Padre de misericordias, que por la muerte y resurrección de su Hijo, ha reconciliado consigo al mundo y ha enviado el Espíritu Santo entre nosotros para el perdón de los pecados; por el ministerio de la Iglesia, que Dios te conceda el perdón y la paz, y te absuelva de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén".
AYUNO
El ayuno es una práctica antigua, durante la cual limitamos la cantidad de alimentos que comemos para acercarnos más a Nuestro Señor a través de nuestro sacrificio. Aunque los bocadillos ligeros están bien, el ayuno generalmente significa comer solo una comida completa en un día. Ayunamos y nos abstenemos de comer carne el Miércoles de
Ceniza y el Viernes Santo, y nos abstenemos de comer carne todos los viernes durante la Cuaresma.
¿Por qué no comer carne? Nos abstenemos de comer carne los viernes de Cuaresma para honrar el sacrificio de Nuestro Señor en la cruz, en el que Él dio Su vida, Su propia carne y sangre, por nuestra salvación. La carne de res, cerdo, pollo y pavo están fuera del menú, pero el pescado y los lácteos están bien. Sin embargo, usa el sentido común: si estás enfermo, embarazada o eres adulto mayor, el ayuno es opcional.
Renuncia a algo sin lo que "no puedas vivir". ¿Adicto al café, a tu teléfono celular o a las compras en Amazon? Deja a un lado el hábito por los 40 días de Cuaresma y usa ese tiempo extra y fuerza de voluntad para hacer algo bueno o saludable: salir a caminar, llamar a un amigo, leer un libro. Te sentirás mejor sabiendo que incluso un pequeño sacrificio, hecho con amor, te acerca más a Dios.
Abraza el hambre. Renunciar a algo durante la Cuaresma debería causarnos hambre, ya sea por comida, consuelo o conveniencia. Las punzadas de hambre nos recuerdan que solo Dios puede satisfacernos verdaderamente. "Yo soy el pan de vida; el que viene a mí no tendrá hambre jamás, y el que cree en mí no tendrá sed jamás" (Juan 6:35).
CARIDAD
La caridad es un llamado para todos los cristianos y un tema de los Evangelios. Durante la Cuaresma, nos enfocamos más intensamente en el dar, una forma activa de caridad, donando dinero, bienes, tiempo o talentos para ayudar a levantar a nuestros hermanos y hermanas en necesidad. Que te inspiren las palabras de Santa Teresa de Ávila: "Tuyos son los ojos a través de los cuales la compasión de Cristo por el mundo debe mirar; tuyos son los pies con los que Él ha de andar haciendo el bien; y tuyas son las manos con las que Él nos bendecirá".
Extiende tu mano. Tu parroquia o centro comunitario ofrece muchas maneras de participar. El boletín o sitio web de su parroquia es un buen lugar para comenzar. También visita la sección "Vida de Fe" del sitio web de la diócesis www.charlottediocese.org, para conectarte con ministerios voluntarios que te interesen. Cuando te ofreces como voluntario, experimentas la alegría de dar de ti mismo a los demás.
Regala. ¿Realmente necesitas todas las cosas que tienes? Limpia tus gabinetes, armarios y cajones, y regala artículos usados en buen estado para ayudar a las personas necesitadas. La "limpieza de primavera" es buena para tu hogar y tu alma, además de que puedes ayudar a que la vida de alguien sea más fácil o cómoda.
Dona. Dar dinero es una forma práctica de ayudar a tu parroquia o una organización benéfica que te guste. Las organizaciones benéficas dependen de la bondad y generosidad de los donantes para hacer su trabajo, y tu donación financiera puede ser el acto de misericordia que necesitan en este momento. ¿No sabes cuánto dar? Un consejo: Da lo suficiente para sentir un poco de emoción después de firmar el cheque o hacer clic en el botón "donar".
Sobre la oración
“Nuestros corazones necesitan una fuerte conexión con Dios. La Cuaresma es nuestra oportunidad de “re-sincronizarnos” y hacernos presentes ante Él. Miramos hacia adentro para ver cómo reavivar ese diálogo interno. Esta Cuaresma, concéntrate en alguna pequeña oración que puedas hacer todos los días. O elige un salmo o versículo de los Evangelios y memorízalo, lo que te ayudará a tenerlo presente durante toda la temporada”.
— Padre Darren Balkey, vicario parroquial de la parroquia San Matthew en Charlotte.
Sobre el ayuno
“Ayunar es despojarnos de algo que poseemos o evitar algo que deseamos. El ayuno nos permite vivir de manera más simple al confiar más en la ayuda y la providencia divinas de Dios que en nuestras propias fuerzas y esfuerzos”.
— Padre Noah Carter, párroco de la parroquia Holy Cross en Kernersville.
“El ayuno es una forma adecuada de practicar el autocontrol y la mortificación. Nos brinda la oportunidad de desapegarnos de las cosas que nos alejan de Dios, para reordenar nuestro apego a Él, y nos ayuda a superar los vicios”.
— Padre Chinonso Nnebe-Agumadu, vicario parroquial de la parroquia San Mark en Huntersville.
Sobre la limosna
“Helping our neighbor during Lent is not just offering money or food to the poor. By giving from what we have received from God’s bounty, we humble ourselves and show God’s love and charity to others. Don’t just give food or money – give yourself with unwavering attention to others.
— Padre Miguel Sánchez, vicario parroquial de la parroquia Our Lady of Mercy en Winston-Salem.