KERNERSVILLE — Poco antes de marzo de 2020, cuando se declaró oficialmente la pandemia de COVID-19, Gilberto García, mexicano nacido en Jalisco y feligrés de la parroquia Holy Cross en Kernesville, cayó gravemente enfermo de COVID. Solo en enero del mismo año, el primer caso de la enfermedad se había presentado en Estados Unidos.
“Casi me muero”, nos cuenta. Pasó cerca de 45 días sin poder levantarse y comiendo solo lo necesario para poder sobrevivir. “En mi casa tenía la imagen de la Virgen, y me puse a rezar. Al principio pues nada más rezaba, y entonces se me ocurrió hacer un video en vivo por Facebook. Una amiga de Puebla, México, me vio y se impresionó. Esa noche oramos juntos y, desde esa fecha, todas las noches, oramos virtualmente el Santo Rosario”.
Ya van a ser cuatro años de rezo ininterrumpido en el grupo de Facebook ‘Cristeros del Inmaculado Corazón de María’ que administra García. Pero ya no son dos personas, sino casi seis mil los seguidores que se reúnen para rezar el Santo Rosario en cinco idiomas: latin, español, francés, italiano e inglés.
“No somos todos de la región de Charlotte ni de Las Carolinas”, relata García, “estamos en 43 países. Tenemos gente local, de estados como California, Texas, Arizona, Nuevo México, y de otros países como Argentina, Colombia, Ecuador, Brasil. Inclusive ora con nosotros gente de la India”.
Oran todos los días a las 8 p.m. (Hora del Este de Estados Unidos y 7 p.m. de la Ciudad de México) a través de dos grupos: ‘Cristeros del Inmaculado Corazón de María’, y el
‘Grupo Cristero, Universal Guadalupano, Dios Patria y Familia’, de más reciente creación, que ya acumula más de 800 miembros.
Ambos grupos se enlazan con el Ejército Cristero Internacional, una organización sin fines de lucro que tiene entre sus objetivos la defensa de la fe católica.
¿QUIÉNES SON LOS CRISTEROS?
La guerra cristera se produjo en México entre 1926 y 1929, cuando el entonces presidente de México, Plutarco Elías Calles, promulgó una ley que restringía la libertad religiosa, prohibiendo, entre otras cosas, que los sacerdotes vistieran sotana, la enseñanza de religión en las escuelas y la existencia de congregaciones.
Entonces se produjo una reacción del pueblo católico, especialmente en los estados de Jalisco, Michoacán y Guanajuato, haciendo popular el grito cristero: “Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe”.
Muchos católicos fueron martirizados en este periodo de persecución religiosa, entre ellos el niño San José Sánchez del Río, quien fue torturado y asesinado a los 14 años de edad el 10 de febrero de 1928, porque se negó a renunciar a su fe católica.
INSPIRACIÓN
García nació en Jalisco, tierra de cristeros. “Mi corazón se conmovía al escuchar una canción de Vicente Fernández, ‘El martes me fusilan’, que dice: ‘El martes me fusilan, a las seis de la mañana, por creer en Dios eterno, y en la gran Guadalupana’”, relató.
Conocer el sacrificio del niño santo José Sánchez motivó a García a llevar el mensaje cristero a todo aquel que pueda escucharlo. “Quiero que los jóvenes lo aprecien y tengan en él un héroe. Quiero invitar también a las familias para que, siguiendo su mensaje, resistan las ideologías anticristianas”, explicó.
Por ello, en los grupos formados se dedican a rezar el rosario, a explicar la doctrina católica, a la apologética, a difundir los mensajes de justicia social de la Iglesia y más.
García, soltero, catequista por siete años, miembro del movimiento juvenil en su momento, planea regresar a su país en uno o dos años para trabajar intensamente en un trabajo cristero para fortalecer la Iglesia.
“Se vienen tiempos difíciles para la Iglesia y nos estamos preparando para vivir situaciones diferentes. Queremos proteger la familia y las instituciones de la fe a través del conocimiento de los desafíos actuales y los que vendrán. Es un llamado de la Virgen que lucha contra el mal. Finalmente, con su ayuda, veremos el triunfo del Inmaculado Corazón de María”, finalizó.
— César Hurtado
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