CHARLOTTE — En México es tradicional preparar para el 2 de noviembre, día en que la Iglesia Católica Universal recuerda a los fieles difuntos, un “altar de muertos” con diversos símbolos cristianos y otros elementos que nos recuerdan a nuestros familiares y amigos fallecidos.
En otros países de Latinoamérica, donde el cristianismo también se ha fusionado con otras culturas prehispánicas, se presentan tradiciones similares en lo que se ha denominado la celebración del Día de Muertos.
El Padre Fidel Melo, párroco de la Iglesia San James en Hamlet, aclara que esta tradición, profundamente católica, no está relacionada con la celebración de Halloween ni la llamada ‘Santa Muerte’, sino que está referida a Santa Iglesia Católica en su manifestación de vitalidad divina y humana como Iglesia militante, purgante y triunfante. “En esta fecha, conmemorando el Día de Muertos, celebrando a nuestros fieles difuntos, nosotros, como Iglesia militante, viva y presente, recordamos con alegría a nuestros antepasados que ahora son parte de la Iglesia triunfante, de aquellos que gozan de participar de la gracia de Dios. Y también oramos por las almas de nuestros hermanos que están en el purgatorio para que pronto sean libradas de sus penas”.
Santa Catalina de Siena, la gran mística italiana del siglo XIV y doctora de la Iglesia, decía que las almas del purgatorio que han sido libradas de sus penas nunca se olvidarán de sus benefactores en la tierra e intercederán por ellos ante Dios. Además, cuando esa persona llegue al cielo, ellas saldrán a recibirlo.
El Padre Julio Domínguez, vicario episcopal del Ministerio Hispano, explicó que el día 1 de noviembre los mexicanos asisten a Misa por el Día de Todos los Santos y recuerdan a los niños fallecidos, dedicando el día 2 a todos los adultos que nos antecedieron en la muerte.
“No estamos celebrando la muerte, sino que, siendo una fecha en la que todos los difuntos, sea que se encuentren en el cielo o en el purgatorio, festejan. Nosotros, desde la
Tierra, nos unimos a ellos”, dijo.
¿Vas a hacer un altar de muerto?
Si consideras hacer un altar de muerto o una ofrenda, debes tener en cuenta los siguientes elementos
1- Debe tener 3 niveles para guardar relación a los tres niveles de la Iglesia. La Iglesia militante, quienes vivimos en la tierra; la Iglesia purgante, las almas de los fallecidos que se encuentran en el purgatorio; y la Iglesia triunfante, que se encuentra en el Cielo.
2- Debe contar con un arco, representación a la puerta de entrada al Cielo.
3- No puede faltar una cruz y la imagen de la Virgen. La Cruz nos recuerda la muerte de Cristo, que entregó su vida por nuestros pecados, pero que con su resurrección triunfó sobre la muerte y nos abrió las puertas del Cielo. La imagen de la Virgen María nos recuerda que es nuestra madre e intercesora.
4- Debe haber agua bendita, ya que nos recuerda nuestro bautismo, que nos convirtió en hijos de Dios, miembros de Cristo y parte de la Iglesia.
5- Fotografías de nuestros seres queridos que nos ayuden a recordarlos y tenerlos presentes en nuestras oraciones.
6- Veladoras, una por cada ser querido fallecido, que simbolizan la luz de Cristo, así como la fe y la esperanza.
7- Comida, como recuerdo de nuestros seres queridos fallecidos sus platos de comida predilectos.
8- Flores de cempasúchil, que representan la luz del sol. La tradición precolombina mexicana asegura que guía a los muertos hacia el altar.
Libra un alma del purgatorio
Este 2 de noviembre, cuando se celebre la Conmemoración de los Fieles Difuntos, se puede obtener una indulgencia plenaria para el alma de un ser querido, familiar o amigo.
El Papa Francisco explicó el 30 de octubre de 2013 que así como los santos interceden ante Dios por nosotros, podemos rogar al Señor por las almas del Purgatorio.
“Todos los bautizados en la tierra, las almas del Purgatorio y todos los beatos que están ya en el Paraíso forman una única gran Familia. Esta comunión entre tierra y cielo se realiza sobre todo en la oración de intercesión”, dijo en esa ocasión.
La indulgencia plenaria ‘devuelve’ el alma al estado en el que estuvo al recibir el Bautismo. Si una persona fallece después de recibir este don, va directamente al Cielo.
Según la Indulgentiarum Doctrina (Norma 15), un católico puede ganar indulgencia plenaria por un difunto “en todas las iglesias, oratorios públicos o -por parte de quienes los empleen legítimamente- semipúblicos” y siguiendo las condiciones habituales para ganar una indulgencia plenaria.
— César Hurtado Colaboró ACI Prensa