El domingo 11 de junio se celebra en Estados Unidos la Solemnidad de Corpus Christi, una de las más importantes fiestas litúrgicas católicas, pues recuerda al mundo que Jesucristo está presente de forma viva y real en la Eucaristía.
Tiene sus raíces en la Edad Media y se estableció en el año 1264, cuando el Papa Urbano IV emitió una bula papal llamada “Transiturus de hoc mundo”. Este documento hizo de la festividad de Corpus Christi una celebración universal de la Iglesia católica.
La fiesta se instituyó para honrar y adorar la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Durante la celebración de la Misa, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo. La fiesta enfatiza la importancia de este sacramento y fomenta la devoción hacia la Eucaristía.
Corpus Christi se extendió rápidamente por toda Europa y convirtió en una de las festividades religiosas más importantes del calendario litúrgico. En muchas ciudades y pueblos se llevaron a cabo elaboradas procesiones en las que se exhibía y se adoraba la Eucaristía en una custodia dorada. Durante estas procesiones se decoraban las calles con alfombras de flores y realizaban danzas y representaciones teatrales.
A lo largo de los siglos, la fiesta de Corpus Christi ha evolucionado y adquirido distintas tradiciones y manifestaciones culturales en diferentes regiones del mundo.
En Cusco, Perú, por ejemplo, la fiesta de Corpus Christi adquirió un gran significado debido a la fusión de la religión católica con las tradiciones y la cosmovisión andina, dando lugar a una celebración única y colorida.
En Cusco se combinan elementos de la religión católica introducida por los españoles y las tradiciones ancestrales de los pueblos indígenas de la región. Esta fusión refleja la historia y la interacción cultural entre los conquistadores españoles y la población indígena durante la época colonial.
Algunos aspectos destacados de esta mixtura son:
Las procesiones: Durante la procesión de Corpus Christi en Cusco, además de las figuras y símbolos católicos tradicionales, se incluyen también íconos andinos como las imágenes de los santos patronos locales o los apus (espíritus de las montañas).
Las alfombras de flores: Estas coloridas alfombras son elaboradas con pétalos de flores y materiales naturales, y representan una mezcla de símbolos cristianos y andinos, como cruces, figuras de animales sagrados y diseños geométricos.
Las danzas y la música: Las danzas folklóricas tradicionales son una parte integral de la celebración. Durante el Corpus Christi en Cusco, se realizan danzas andinas, como las de los Chunchos y los Negritos, entre otras. Estas danzas están llenas de movimientos vigorosos, coloridos trajes tradicionales y música en vivo con instrumentos como la zampoña, la quena y el tambor.
La fusión andina y católica en la celebración del Corpus Christi en Cusco es una muestra del respeto por la diversidad y nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar y respetar las diferentes tradiciones y cosmovisiones culturales. La combinación de elementos católicos y andinos en la celebración del Corpus Christi en Cusco es un ejemplo de cómo las culturas pueden entrelazarse y enriquecerse mutuamente, permitiendo la coexistencia pacífica de diferentes sistemas de creencias.
— César Hurtado
¿Qué dijeron algunos santos sobre Corpus Christi?
Santo Tomás de Aquino: “La Eucaristía es el sacramento del amor: significa amor, produce amor. La Eucaristía es la consumación de una vida espiritual completa”.
Santa Eufrasia: “Hablar del Sagrado Sacramento es thablar de lo más sagrado. Cuán a menudo, cuando estamos en un estado de angustia, aquellos en quienes buscamos ayuda nos dejan; o lo que es peor, añaden cargas a nuestra aflicción poniendo más problemas sobre nosotros. Él siempre está ahí, esperando para ayudarnos”.
San Juan Crisóstomo: “No es el hombre el responsable de las ofrendas en la medida en que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo; es Cristo mismo quien fue crucificado por nosotros. La figura de pie pertenece al sacerdote que pronuncia estas palabras. El poder y la gracia pertenecen a Dios. “Este es mi cuerpo”, dice. Y estas palabras transforman las ofrendas”.
San Maximiliano Kolbe: “Si los ángeles pudieran estar celosos de los hombres, lo estarían por una razón: la Sagrada Comunión”.
San Pío de Pietrelcina: “Mil años de disfrutar la gloria humana no valen ni siquiera una hora dedicada a una dulce comunión con Jesús en el Santísimo Sacramento”.
San Francisco de Asís: “¡Oh sublime humildad! ¡Oh humilde sublimidad! Que el Señor de todo el universo, Dios e Hijo de Dios, se humille así y se esconda bajo la forma de un poco de pan, para nuestra salvación.”
San Agustín: “Lo que ves es el pan y el cáliz; eso es lo que tus propios ojos te informan. Pero lo que vuestra fe os obliga a aceptar es que el pan es el cuerpo de Cristo, y el cáliz es la sangre de Cristo. Esto se ha dicho muy brevemente, lo que tal vez sea suficiente para la fe; sin embargo, la fe no desea la instrucción”.
— Spencer Brown, editor; ACI Prensa, Catholicnet, EWTN y otros medios católicos colaboraron