diofav 23

Catholic News Herald

Serving Christ and Connecting Catholics in Western North Carolina
Pin It

BaptismEl lunes 9 de enero celebraremos el bautismo de Jesús en el río Jordán por San Juan Bautista. En esta ocasión, Jesús entró en Su ministerio y consiguió a Sus primeros discípulos, San Juan proclamó a Cristo el Cordero de Dios, cuyo camino había preparado, y se manifestó la naturaleza de la Trinidad.

Con el Bautismo del Señor concluye el tiempo de Navidad y la Iglesia nos invita a mirar la humildad de Jesús que se convierte en una epifanía, una manifestación de la Santísima Trinidad. Así lo corrobora el relato del Evangelio de San Marcos 1:9-11, cuando narra que, “Sucedió que en aquellos días Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.

Inmediatamente, al salir del agua, vio que los cielos se abrían, y que el Espíritu descendía sobre Él como una paloma; y vino una voz de los cielos, que decía: ‘Tú eres Mi Hijo amado, en Ti me he complacido’”.

JUAN BAUTIZA A JESÚS

En Marcos 1:7-9, Juan humildemente reconoce sus limitaciones pues “predicaba, diciendo: ‘Tras mí viene Uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de inclinarme y desatar la correa de Sus sandalias. Yo los bauticé a ustedes con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo’”.

Jesús, Dios y hombre sin mancha, es bautizado por Juan. ¿Por qué es esto, si en Él no hay pecado? La pregunta roza el misterio: Jesús con su Bautismo le está abriendo la puerta de la salvación a todo el género humano. Nuestra naturaleza dañada por el pecado original queda restituida.

En el siglo V, San Máximo de Turín señalaba, haciendo referencia al agua del Bautismo del Señor, lo siguiente: “Cuando se lava el Salvador, se purifica toda el agua necesaria para nuestro bautismo y queda limpia la fuente, para que pueda luego administrarse a los pueblos que habían de venir a la gracia de aquel baño”.

Cristo es la fuente de toda pureza y si Él no nos lava, el pecado mantendrá su dominio sobre nosotros. Las aguas del Bautismo tienen un profundo significado: vida nueva y libertad.

San Gregorio Nacianceno enseñaba: “Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua”.

¿QUÉ DICE EL CATECISMO?

El Catecismo de la Iglesia Católica, en el párrafo 536, señala que el bautismo de Jesús es por su parte la aceptación e inauguración de su misión como Siervo doliente. Se deja contar entre los pecadores; es ya “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Anticipa ya el “bautismo” de su muerte sangrienta. viene ya a “cumplir toda justicia”, es decir, se somete enteramente a la voluntad de su Padre: por amor acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados. A esta aceptación responde la voz del Padre que pone toda su complacencia en su Hijo. El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a “posarse” sobre él. De él manará este Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, “se abrieron los cielos” que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación”.

— Condensado de ACI Prensa