Cada 14 de febrero se recuerda a San Valentín, patrono de los enamorados. Pero el santo, a quien se le representa en imágenes con pájaros y rosas, es también patrón de los apicultores, la epilepsia, los desmayos, del amor, las parejas, los prometidos, los novios, los matrimonios felices, las plagas, los viajeros y también de los jóvenes.
Aunque no se sabe mucho de la vida de San Valentín, se cree que fue martirizado y enterrado en la Vía Flaminia, al norte de Roma.
En antiguos martirologios se menciona en la fecha del 14 de febrero al menos a tres santos de nombre Valentín, todos ellos mártires.
A uno se le describe como un sacerdote de Roma que solía socorrer a los presos que serían martirizados durante la persecución del emperador Claudio II. El otro San Valentín, y el más conocido, es el obispo de Terni, en Italia, famoso por su evangelización, milagros y curaciones. Acerca del tercer San Valentín no se conoce mucho, fuera de que fue martirizado en África junto con un cierto número de sus compañeros.
Una historia común sobre San Valentín es que en un momento de su vida, como ex obispo de Terni, Narnia y Amelia, estuvo en arresto domiciliario con el juez Asterius. Mientras discutía de religión y fe con el juez, Valentín le aseguró la existencia de Jesús. El juez puso entonces inmediatamente a prueba la fe del santo.
A San Valentín se le presentó a la hija ciega del juez y se le dijo que le devolviera la vista. Si tenía éxito, el juez prometió hacer cualquier cosa por él. Valentín impuso sus manos sobre los ojos de la muchacha y le devolvió la visión.
El juez obedeció las peticiones de Valentín. Asterio rompió todos los ídolos de su casa, ayunó durante tres días, se bautizó junto con su familia y toda la casa de 44 miembros y liberó a todos los presos cristianos.
La historia cuenta que San Valentín fue encarcelado por casar parejas cristianas y ayudar a los cristianos perseguidos por Claudio en Roma. La relación entre el santo y el emperador comenzó a crecer, hasta que Valentín intentó convertir a Claudio al cristianismo. El emperador se enfureció y ordenó a Valentín a renunciar a su fe o, caso contrario, sería golpeado con palos y decapitado.
San Valentín se negó y fue ejecutado el 14 de febrero de 269. Una variación de la leyenda de San Valentín dice que se negó a sacrificar a dioses paganos, fue encarcelado y mientras estaba encarcelado curó a la hija ciega del carcelero. El día de su ejecución, le dejó a la niña una nota firmada, “Tu Valentín”.
La naturaleza romántica del Día de San Valentín puede haber surgido durante la Edad Media, cuando se creía que los pájaros formaban parejas a mediados de febrero. En
Estados Unidos se adoptó la costumbre a principios del siglo XVIII.
Como quiera que fuera, Valentín realmente existió. Los arqueólogos han desenterrado una catacumba romana y una antigua iglesia dedicada a San Valentín. En 496 D.C., el
Papa Gelasio marcó el 14 de febrero como una celebración en honor a su martirio.
Las reliquias de San Valentín se pueden encontrar en todo el mundo. Una calavera coronada de flores de San Valentín está en la Basílica de Santa María en Cosmedin, Roma.
El Padre John Spratt, sacerdote muy recordado en Irlanda por su trabajo entre los pobres y desamparados, recibió una ‘vasija teñida’ con la sangre de San Valentín como regalo del Papa Gregorio XVI en 1836.
Otras supuestas reliquias se encontraron en la Iglesia San Pedro y San Pablo en Vysehrad, Praga; en la iglesia parroquial de la Asunción de Santa María en Chelmno Polonia; en el relicario de Roquemaure en Francia; en Stephansdom en Viena; en Balzan en Malta y también en la iglesia Beato John Duns Scotus en el área de Gorbals en Glasgow, Escocia.
— Información extraída de Catholic.org y Aciprensa